Imagen: www.residenciasantabarbarafundaz.org
Hay una situación por la que todos pasamos, que ningún gobierno ha resuelto, como siempre le dan cancha a las empresas privadas para que hagan negocio de la salud y los servicios básicos e indispensables que necesitan los mayores. Una sociedad bien estructurada y bien gestionada debiera tener una solución para sus mayores, porque es población que ha servido con su trabajo y esfuerzo al progreso del país, porque ha colaborado con sus impuestos al pago de los servicios públicos, y porque con su descendencia ha aportado más mano de obra para que la cadena continúe. Sin embargo, ese estadio no ha sido bien gestionado por ningún gobierno, todos se han limitado a tener un número insuficiente de plazas en residencias públicas, a las que nadie va por gusto, debido a la mala prensa que tienen, cuando debieran ser las mejores, pues no tendrían que tener ánimo de lucro y en los presupuestos tendrían que estar incluidos sus gastos para brindar el mejor servicio y cuidados, con los mejores profesionales, como en tiempo sucedía en la sanidad pública, algo que como sabemos, llevan deteriorando desde hace años y dando dinero a ganar a las empresas privadas de salud, con la excusa de que faltan profesionales y otras mentiras que se les van ocurriendo, no por los turnos interminables y los bajos salarios, haciendo que emigren a otros países con mejores condiciones laborales.
El caso es que las familias tenemos a nuestros mayores, muchas veces con problemas muy difíciles de tratar y complicada convivencia, debido a sus dolencias o enfermedades, y sin apenas tiempo disponible para ello por tener que trabajar. En esta situación, no queda más remedio que acudir a un centro privado para la tercera edad, que cuesta un ojo y la mitad del otro, un importe que ni el mayor percibe como pensión por jubilación. Además, dependiendo de la situación económica de los hijos, a veces, no es posible poder aportar una cuantía para completar la cantidad exigida por el centro o geriátrico para la plaza del anciano. ¿Qué se puede hacer en estos casos?, ¿Cómo se atiende al mayor?, ¿Y cuando se plantea un caso de demencia o alzhéimer? Son situaciones complejas, que solo los profesionales saben actuar con personas así, porque muestran agresividad, olvidos que pueden llegar a ser peligrosos, necesitan a una persona todo el día detrás, pueden coger la puerta y perderse en un segundo, o salir desnudos, etc. No estamos preparados para atender personas con estas dolencias, deben ser atendidas por profesionales en centros adecuados, y los gobiernos debieran saberlo, seguro que lo saben, pero dirán que cada uno se las arregle como pueda, como hace con casi todo lo que es de importancia y nos afecta, el caso es generar negocio para las empresas privadas, que es lo que llevan años haciendo.
En este caso como en todos los demás, los gobiernos no han tomado conciencia por dejadez y desconsideración hacia la ciudadanía, pues de lo contrario adecuarían la oferta de plazas públicas a la demanda real de las mismas. Al no hacerlo, la población se vuelve loca y hace juegos malabares para lidiar con estas situaciones, emplea el dinero que no tiene, se turnan para atender como mejor pueden a sus mayores y van cargando una pesada mochila sobre sus hombros, así hasta caer rendidos o deprimidos por la impotencia y el agotamiento. Lo mismo sucede con la sanidad, no la dimensionan adecuadamente a la demanda, de ahí las listas de espera, que quieras ir a tu médico y no tenga hora para verte, que tengas que esperar meses para que te vea un especialista, o que tengas que esperar semanas para que te den los resultados de unas pruebas que tardaron meses en hacerte. Que manejen el dinero público de esta manera no me satisface, no deseo que una minoría política esté en lo alto dirigiendo para satisfacer sus intereses propios y los de aquellos que les dirigen a ellos y nadie ha votado.
Seguiremos...
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