Aparte de las molestias, que nadie culpe a los agricultores por la revuelta y los bloqueos de tráfico, el asunto tiene culpables, los gobiernos comunitarios y la UE. Son los responsables de haber llegado al punto en el que estamos, según los agricultores se ven obligados a trabajar por debajo de costes, o sea, que tienen que vender a precios por debajo de lo que les cuesta a ellos obtener los productos del campo. La clave, a mi parecer, está en que han consentido que haya intermediarios ávaros, usureros y buitres, que son los que se llevan el mayor porcentaje de ganancias, con solo mediar entre el agricultor y el comercio final, aunque muchas veces las grandes cadenas de supermercados o hipermercados son los mediadores al mismo tiempo. Incomprensiblemente han permitido que se vendan en nuestro país, productos provenientes de otros países donde se permite el uso de productos fitosanitarios prohibidos en el nuestro por razón de salud. Esto se tendría que haber barajado de otro modo, por ejemplo que el Gobierno junto a un grupo de expertos ingenieros agrícolas y agricultores, hubiera sacado una lista con todos los costes de producción, le hubiera añadido un beneficio digno pactado con los agricultores, y con todo ello hubiera establecido el precio mínimo de compra en origen, así como el precio máximo final de venta, para que todo esto no recaiga en el consumidor, pues al fin y al cabo, el intermediario podría querer obtener el mismo beneficio actual si tuviera que pagar más al agricultor, y se nos encareciera la vida una burrada.
Por otro lado, el Gobierno podría optar por poner fin a esos buitres intermediarios mediante la creación de una oficina de mediación entre agricultores y establecimientos comerciales, sin ánimo de lucro, para asegurar que las transacciones se efectúan respetando los precios mínimos de compra y venta, para, como dije antes, no perjudicar ni al agricultor, ni al consumidor final. Así de sencillo el problema quedaría resuelto, pero siempre sucede lo mismo, que los gobiernos están a las ordenes de los que más poder monetario tienen y les da lo mismo cuanto perjudiquen a los que menos tienen. Trabajan para los poderosos no para la ciudadanía, que no nos sigan engañando.
Ahora con todo el problema de si en este o aquel país permiten el uso de pesticidas o fertilizantes que en otros países está prohibido, y las restricciones que se tienen que observar en la UE, supuestamente para preservar la salud de sus habitantes, salta por los aires, porque la única solución que ven las autoridades vendidas a las empresas y grupos de empresas importantes en el sector de los pesticidas y fertilizantes, es relajar las medidas y que todos utilicen las mismas porquerías, aún constituyendo riesgo para nuestra salud, porque hay que competir con países más pobres y donde no controlan tanto la salud de su población. Esto no es lógico, vamos a retroceder con tal de no tocar o intervenir a los verdaderos culpables de la situación, los intermediarios, y para no fijar esos precios mínimos de compra de productos del campo, o esos precios finales en los centros comerciales. Antes, usar tales o cuales productos tóxicos y nocivos en el campo repercutía en nuestra salud, pero ahora para paliar la crisis del campo, ¿ya no son tan peligrosos para la salud?... ¡Iros todos a freír espárragos! Los políticos y demás autoridades metidas a dedo en puestos de poder de organizaciones que nadie vota, nos arruinan las vidas, al tiempo que se enriquecen ellos y sus amigos, familiares y conocidos.
Seguiremos...
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