Las normas mundiales, y le llamaré así porque todos los países guardan celosamente cantidad de secretos de sus malos comportamientos, evitan exista transparencia en la gestión de los gobiernos. De no ser así, qué importancia tendría que los ciudadanos se enteraran, o estuvieran informados de lo que hacen unos señores que viven de nuestro dinero, vamos que les pagamos nosotros, y de paso se llevan cuanto quieren. Sin embargo, la norma es enterrar las tropelías realizadas sin el consentimiento de la ciudadanía, pero como casi siempre nos afectará a todos, directamente o indirectamente. De ahí las leyes de secretos de Estado, y su correspondiente ocultamiento a los ojos y oídos de la gente, por eso hay leyes que dicen que tal o cual guarrería cometida por tal o cual gobierno de la historia de un país, no pueda ver la luz hasta pasado cincuenta, ochenta años, o nunca, depende de la gravedad de la misma.
Esto me lleva a la entrevista que he cogido empezada esta mañana o madrugada, lo digo por la hora a la que tengo costumbre abandonar la cama. Hablaban del caso de Julián Assange, la cabeza visible, o fundador, de Wikileaks, quién desveló información clasificada de los asuntos turbios de EEUU, de actuaciones en las que no se han respetado los Derechos Humanos, y cosas de éstas. Por informar, por dar a conocer la mierda de un país, por ejercer las normas de la transparencia, lo que no ha hecho ninguno de los gobiernos actuales o pasados en el mundo, es privado de libertad, amenazado, y le han quitado la vida en cierto modo, pues tener que vivir refugiado durante años en embajadas sin poder salir a la calle, o ahora en prisión, es un altísimo precio, e injusto precio, el que tiene que pagar por ofrecer información de hechos acontecidos por los rodillos prepotentes de la maldad en el mundo.
Así que ya sabes, cuando te hablen de transparencia, de honor, de verdad, etc., pregúntate de qué transparencia, honor o verdad, están hablando. Se trata de matar al mensajero porque no interesa que el mundo sepa, conozca, esté informado de las barrabasadas que cometen los gobiernos mundiales. Se mueven en la mentira, en el engaño continuo y perpetuo, no tienen ningún respeto por la gente, solo les servimos para contribuir económicamente con nuestros impuestos, para que ellos sigan manejando los dineros a placer y como quieran, pero nos quieren ignorantes, que no pensemos, que no cuestionemos su labor, que tengamos los ojos cerrados y los oídos tapados. Nos quieren solo como engranajes de la cadena de obtención de beneficios para los que les mandan a ellos, para los que facilitan que hayan llegado a los cargos de poder del país, pero eso sí, siempre que sigan siendo obedientes a lo que esos poderosos esperan de los gobernantes.
La libertad de expresión es una burla, y un caso como el de Julián Assange, lo demuestra. Lo han enterrado en vida al pisotear ese derecho fundamental, el de informar, que como se puede comprender es incompatible con que unos señores, por lo general, una minoría, quieran ocultar a la población de su país las marranadas ilegales que cometen. ¡LIBERTAD PARA JULIÁN ASSANGE! ¡DEROGACIÓN DE LAS LEYES DE SECRETOS DE ESTADOS!
Seguiremos...
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