Algunos dicen que vamos
irremediablemente hacia la implantación imparable del coche eléctrico, pero yo
lo dudo en cierto sentido. Están los constructores de automóviles que no lo
desean porque ellos hacen unos coches con una mecánica compleja y, aunque existan
muchas marcas, debido a esa complejidad en la motorización, siguen siendo una
minoría frente a la que se podía organizar si se liberase la fabricación de los
coches eléctricos, debido a la simplicidad de un coche eléctrico. A esto se ha
de añadir cómo afectaría el coche eléctrico al sector auxiliar de componentes y
equipos para los actuales coches de combustión interna, que llevan miles de
piezas en el motor más aceite, líquidos de refrigeración, filtros de aire y
aceite, inyectores, carburadores, tubos de escape, etc. Todo esto no forma
parte de un coche eléctrico, lo que significa que muchas de esas empresas de
fabricación, distribución y venta de esos productos o recambios tienen,
forzosamente, que reinventarse.
Hay otro asunto de interés en
todo esto de la implantación total del coche eléctrico, me refiero al
mantenimiento de los vehículos. En estos momentos cada quince o treinta mil kilómetros
hay que pasar por los talleres para hacer revisiones, cambios de aceite y
filtros, si no ha surgido algún desajuste; sin embargo, el coche eléctrico
carece de mantenimiento, ¿usted le hace mantenimiento al motor de su lavadora o
de su frigorífico? El coche eléctrico dejaría de pasar por los talleres con la
regularidad que lo han de hacer los coches actuales de combustión interna. Lo
que significa que el volumen de negocio de los servicios oficiales y la red de
talleres particulares se resentirían, sobretodo, si no se especializaran en la
atención eléctrica y electrónica, pues serían las averías posibles, además de
las lógicas: de amortiguación, dirección, rótulas y poco más. De nuevo estamos
ante un dilema de estos que hasta ahora siempre se ha decantado para el lado de
los poderosos, o sea, los dineros, los beneficios por delante de los intereses
de la gente. Vemos que todo cuanto se expone es un bien para los usuarios de
coches eléctricos, porque una vez realizada la compra, casi tienen que destinar
cero euros al mantenimiento de su vehículo, a menos que nos engañen, cosa que
no es muy difícil puesto que nos tienen acostumbrados a las revisiones periódicas,
y a la dependencia de responder con la garantía del fabricante si el vehículo
hace las revisiones que ellos te marcan.
Hace varios años vi unos videos
que me abrieron los ojos a todo esto que expongo, que si no recuerdo mal se
titulaban: ¿Quién mató el coche
eléctrico?, estaban colgados en YouTube. Recuerdo que eran nueve videos de
corta duración cada uno, en el que explicaban que allá por los comienzo de los
sesenta como General Motors lanzó un coche eléctrico que hacía las delicias de
sus usuarios y tal fue el grado de satisfacción, que cada vez más ciudadanos se
apuntaron a la lista interminable de personas que esperaban que les llegara su
vehículo eléctrico, porque habían escuchado que iban muy bien, eran muy
económicos y carecían de mantenimiento. Ante tal avalancha de arrendadores,
porque en el mercado americano como saben hacen un tipo de leasing o
arrendamiento por varios años, normalmente no compran los vehículos, los
fabricantes se reunieron y pusieron fin a esta tendencia porque veían que daba
al traste con la industria auxiliar, los servicios oficiales, red de talleres,
etc. Así que cuando finalizaron los contratos, por voluntad unilateral de los
constructores de coches, los fueron rescindiendo, retiraron los vehículos que
eran nuevos, y los fueron achatarrando, aplastando y destruyendo… no quisieron
saber nada más del invento. Eran unos videos muy interesantes. Y como dice el
dicho popular: Cuando veas las barbas de
vecino pelar, pon las tuyas a remojar. Es por ello que dudo que el vehículo
eléctrico reemplace totalmente al vehículo de combustión interna, aunque sigan
contaminando, prosiga el cambio climático, nos hayan acostumbrado a reciclar
para salvar al Planeta y todas esas ñoñerías. De nuevo la pela la pondrán por
delante de la salud de las personas y del Planeta.
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