El PP lleva varias convocatorias de elecciones en las cuales pide que gobierne la lista más votada, eso sí, para que ello tenga lugar hay que ignorar lo que pide el resto de la ciudadanía. Ese absolutismo, ese totalitarismo anti democrático es lo que ve viable el PP para hacerse de nuevo con las riendas del ordeno y mando. Los partidos políticos siguen sin quererse enterar de que hace falta una renovación o modificación de la ley electoral para empezar a reunir unas condiciones democráticas. Un buen comienzo sería que a todas las fuerzas políticas les constase el mismo número de votos cada escaño, eliminando todo ese cuento de las circunscripciones. Ahora ya solo queda que se modifiquen los pactos entre partidos, porque ello desvirtúa lo dicho por la ciudadanía en las urnas. No habrá nunca una auténtica democracia sin respetar lo que la gente decide. Para mí, lo más democrático, como he dicho en anteriores ocasiones, es que se componga un gobierno con el máximo de fuerzas votadas por la ciudadanía, en proporción a los votos recibidos por cada fuerza política. Eso no gusta a ninguno de los partidos, porque todos albergan ese absolutismo de gobernar en solitario, y ese totalitarismo de ser el ordeno y mando del pueblo. La democracia es lo otro, lo que expongo, un gobierno multicolor, ya que tanto gusta defenderlo a los partidos cuando se trata de hablar de ciertos colectivos, ¿por qué no se lo aplican a ellos mismos como señas de identidad democrática?
Ahora vienen elecciones de todo tipo, municipales, de Comunidades Autónomas y nacionales, pues seguirán rigiéndose por la ley injusta que favorece a los partidos grandes, sobretodo a los del bipartidismo, PSOE y PP. Y como son los más gordos, aquí no se cambia nada, nos seguiremos rigiendo por una ley que desprecia la votación de la ciudadanía y a los partidos pequeños, haciéndoles más complicado conseguir escaños y rivalizar con los grandes. Volveremos a votar una cosa, y los pactos decidirán por voluntad de ciertos partidos, otra. Solo un gobierno formado por varios de cada partido político elegido por la gente es una representación fidedigna de la expresión popular. Por tanto, lo que pide el PP son las antipodas de la democracia, aunque traten de disfrazarla de ella por aquello de que gobierne la fuerza más votada. Es probable que el número de votos recibidos para ser la fuerza más votada sea menor que el número de votos repartidos entre el resto de las fuerzas elegidas o votadas por la ciudadanía. Entonces cabe la pregunta: ¿Qué es más democrático? La mayoría aparente o la mayoría real. Creo que es más democrática la mayoría real, la que reúne un mayor número de votos totales, no parciales, ahí está el engaño del PP.
A parte de esta chaladura del PP, desde mi punto de vista, está la inamovilidad de la ley electoral injusta y favorecedora del PSOE y del PP, a la que no le cambian ni una coma, ni parece que se oigan voces al respecto del resto de formaciones políticas. Ha pasado otra legislatura de cuatro años, o está a punto de pasar, y este asunto no lo mueven siendo tan injusto. ¿Qué sucede en el Congreso? ¿Están todos conformes?, o ¿están atontados como lo está casi toda la población española que no reacciona ante cada injusticia legislativa?
Para terminar, sigo apostando por las urnas vacías. Los políticos no escuchan a la ciudadanía, no nos piden opinión y, mucho menos, aprobación para nada; pues nosotros hagamos lo mismo con sus convocatorias electorales, oídos sordos, no acudamos, no vayamos a votar, dejemos sus urnas vacías, esa sí será una forma impactante de protesta de la ciudadanía. Le habremos a dicho a su cara que pasamos de ellos, de su oligarquía, de sus abusos, de su corrupción, etc.
Seguiremos...
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