Por fin el Rey ha abierto la boca, y no se le ocurrió más que pedir mayor inversión en armas, en defensa del país, como si estuviéramos amenazados, como si fuéramos un punto caliente, o estuviéramos en la frontera de algunos de esos países locos por meterse mano entre sí, por ejemplo: Turquía, Pakistán, Afganistán, Irán, Siria que ya lleva tiempo enfrascada en el rol de la guerra, etc. El rey ha pedido mayor gasto de dinero público en armamento, pero no se le ocurrió abrir la boca contra el abuso de los precios de la electricidad, de los combustibles o de los alimentos, todos estos productos necesarios y de uso diario para todos y que nos aprietan hasta hacernos la vida muy difícil. Tenemos Rey para el mundo militar, donde se supone manda, pero no para salir en defensa de su pueblo, de la ciudadanía que lo mantiene, que lo subvenciona, a él, a su mujer, a sus hijas, a su padre, a su madre, a sus hermanas, a sus sobrinos y sobrinas, etc.
Se recibe por herencia de sangre y de forma machista un cargo y la gente se lo tiene que tragar todo porque la ley de herencia franquista así lo indica e impone. Franco dejó al emérito como su sucesor y el pueblo español se lo tragó todo envuelto en papel de regalo con tintes de democracia. El sentimiento machista de la casa real nombra sucesor de Juan Carlos I a Felipe VI, en lugar de nombrar su sucesora a la Infanta Elena, hermana mayor de Felipe, pero la hipocresía de la falsa igualdad entre géneros de esta sociedad española, así lo impuso. Todos en la cúpula de poder abrazan a los mafiosos y corruptos que dirigen las políticas del país sin haber sido elegidos en ningún comicio. Todos se postran ante esas organizaciones, a veces empresariales o bancarias, que manejan la pasta y compran voluntades, a demás de soltar perras para fines que no se publicitan ni difunden, pero que dopan situaciones inclinándolas a su favor.
El rey es ya madurito o comienza a serlo, y la enseñanza recibida la ha de retener en algún lugar, a pesar de haber hecho cosas aparentes de repulsa a la corrupción de su padre, sus amoríos y demás tropelías de la Casa real. No obstante, yo ya no me fío de la mitad de la cuadrilla, y siempre ha habido cargos políticos cercanos a Defensa que han trabajado en empresas de armamentos. Hemos tenido varios ministros que habían pasado por dichas corporaciones del horror y la guerra, grandes comisionistas antes y después, con puestos asegurados y reservados para acogerles a su vuelta y hacer grandes negocios a costa del dinero que es de todos; proporcionando buenas comisiones, como es de suponer visto lo visto que ha venido sucediendo en el país, ¿a dónde quiero ir a parar? Me imagino que se lo supondrán, comisiones volanderas que van de un lado a otro, de un bolsillo a otro, de debajo de un colchón a otro, etc. A pesar de estas indicaciones, lo delicado del cargo real es que abra la boca para reclamar armamento y no para que se contengan los precios para mejorar la vida de la ciudadanía española, la que parece no importarle nada comparada con la unidad de España y todas esas parafernalias proclamadas por el ala derecho del país.
Seguiremos...
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