Los de siempre son los que menos tienen y más necesitan. Es día de Reyes, comercial, programado y aceptado por todos nosotros como rebaño, me incluyo, aunque si escribo esto se podéis imaginar cuán austero he podido ser en mis compras. He pasado al salón, que es el lugar de la vivienda donde mi esposa suele disponer los regalos envueltos, y al ver el bazar que se ha montado mi mente se dirige inevitablemente hacia los que menos tienen y más necesitan. El horror de vivir en un medio capitalista salvaje y no disponer de ingresos suficientes para satisfacer con un regalo a sus familiares, a sus hijos, a sus padres, etc., se sufre, estoy seguro de ello, y todo porque los gobiernos que hemos tenido y el actual fueron incapaces de conseguir una sociedad más justa para todos. Una sociedad con pleno empleo, condiciones dignas de trabajo y salarios razonables, ajustados a los precios que suben y suben ahogando la economía de las familias.
Nos programaron desde pequeño para creer en seres misteriosos, para que acudiéramos a las tiendas y llenar los armarios de cosas que, tal vez, se usan poco, cansan y se arrinconan, pero que en el momento de recibirlas dan un cierto placer; a pesar de ello cada día estamos más hartos de casi todo, tenemos casi de todo y la industria solo sabe lanzar productos similares a los anteriores, con alguna función más o diferente para que sea el gancho. Cuando gastamos, son horas de trabajo realizadas y cobradas, aunque no siempre sucede así, hay cantidad de horas trabajadas y no cobradas por exigencia del guión empresarial, pocas veces van a ser el resultado de la voluntad del trabajador si sabe que no serán remuneradas. También es justo decir, que sin cobrar picos de tiempo, se prestan muchos ratos por tesón del trabajador que se obstina en acabar alguna tarea, pero esto sucede por voluntad de uno, no por imposición.
Seguro que estaremos agradecidos por lo que nos hayan traído, nos guste más o menos, lo necesitemos más o menos, nos sirva más o menos, o quede arrinconada para siempre. Quisiera que a todas las personas les ocurriera igual, que se sintieran feliz de tener lo que tienen, que no sientan carencias de ningún tipo, tengan sus frigoríficos bien surtidos, puedan plantear cada día una comida sana y equilibrada; esto para mí es lo importante, no que un día hagamos una fiesta en la que gastemos un montón de dinero en complacernos y complacer a otros porque el capitalismo salvaje lo haya dispuesto. El plan, vuelvo a insistir, es el pleno empleo que nunca llega, según mi opinión, porque no interesa a algunos para empeorar las condiciones de trabajo, para que haya un paro estructural en la sociedad, para poder servirse de la gente y abusar en muchos casos. Los de arriba necesitan que existan siempre los de abajo para "explotarles" y poder vivir a su costa, de su trabajo y esfuerzo.
Se necesita una revolución para desbancar a los que dicen dar la cara por nosotros, pero que en realidad solo están sirviendo a los de arriba, a los que tienen el poder económico, a los que pretenden dominar el mundo y conducir a la humanidad como rebaño.
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario