Recojo dentro del título "Centros de alimentos" lugares donde dan alimentos para cocinar en casa, y donde van las personas a comer in situ. Para el objetivo de lo que quiero plasmar, si lo consigo, el título es lo de menos, y sí que tomemos nota del contenido, que nos concienciemos de lo que está sucediendo al respecto.
No hay una sola difusión radiofónica que no indique que se ha multiplicado el número de personas o familias que acuden a los bancos de alimentos o comedores sociales para poder alimentarse. Entre la inflación (subida de precios y consecuente bajada del poder adquisitivo, en el caso de tener ingresos), no tener trabajo, o que los ingresos no alcancen para pagar alquileres, facturas y comer; hace que cada día más familias tengan que optar por ir a sacar alimentos de los bancos, comer en comedores sociales, o acudir a Centros Sociales de algún tipo de la Administración Pública, ONGs, a pedir ayuda para poder seguir viviendo... ¡Es dramático!
A su vez, los centros referidos vienen anunciando que los productos o las plazas son limitadas, que cada día los empresarios hacen menos donaciones, y que por tanto, el stock de alimentos es cada día más reducido y alcanza a menos familias. ¿Cómo es posible que en el siglo de la Inteligencia Artificial y los viajes espaciales privados de empresarios multimillonarios, haya un buen sector de población que no tenga lo necesario para ejercer una acción tan básica y primordial, como es alimentarse? Esto es referido al "primer mundo", ya nos podemos imaginar lo que tiene que estar ocurriendo en planos más alejados en cuanto a capacidad económica se refiere.
Que parte del mundo esté en manos privadas es un mal invento, desde mi punto de vista. Sé que hay para todos los colores y gustos, y que rápidamente surgen aquellos que al identificar que desear el bien general huele a comunismo y no a humanismo, ya empiezan a echar en cara lo de que estamos intentando convertir a España en China, Rusia, Cuba o Venezuela. Lo privado tiene un fin, sus beneficios, la rentabilidad, la conversión del esfuerzo colectivo en la mayor cantidad de dinero para unos pocos. De paso tienen que dar puestos de trabajo, claro, ¿de quienes obtienen las ganancias?, ¡estaría bueno! Lo privado es una desviación de lo natural, antes éramos una tribu y ahora somos una sociedad, pero no hemos sabido seguir siendo una comunidad, un colectivo, e idear un sistema creado por todos para el bien de todos. Precisamente, por la codicia de algunos que idearon la forma de vivir del esfuerzo de otros, del trabajo de otros, del tiempo de otros, de la obediencia de otros, del estrés de otros, del miedo a la pérdida del trabajo de otros.
Ante este problema, los gobiernos no implementan soluciones reales al problema. No valen las ayudas ni los cheques, vale el trabajo digno, con salario suficiente, vale que todos podamos tener un trabajo. Vale industrializar el país en lugar de derrochar tantos miles de millones, tal como han tirado en vicios, y robado a la ciudadanía en forma de corrupción. Vale ser político y trabajar siempre por el bienestar de la gente y para que el país progrese, no para beneficiar a los amigos empresarios o familiares comisionistas, que vienen como las moscas a la miel, en cuanto la coyuntura económica lo permite, hay un pandemia o una crisis.
Seguiremos...
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