Ocho años después que se descubriera la estafa de coches de muchas marcas que falseaban los análisis de gases mediante la incorporación de un software, el Tribunal Superior de Justicia de la UE dice que los afectados tienen derecho a una indemnización económica por parte de las compañías. Asimismo, conocedor de que España no ha denunciado, como sí hicieron otros países a los fabricantes inmersos en la estafa, le ha llamado la atención por su pasividad y desprotección de los usuarios. Al principio, en 2015, solo se hablada de la marca alemana Volkswagen, pero luego se ha sabido que casi todas las marcas de automóviles adoptaron medidas similares, todas al margen de la ley para vender coches que contaminaban realmente mucho más de lo permitido.
La indemnización no es ninguna solución, ni para los pies a los delincuentes, ni lucha contra la contaminación en el Planeta. ¿Por qué no se exigió, desde el primer momento, que los fabricantes tuvieran que hacerse cargo de sus coches, quitarles los dispositivos, y si aún contaminaban más de lo que la ley marcaba en ese momento, ser devuelto el importe integro de la compra a los clientes, o entregado un modelo equivalente que sí cumpliera los estándares en vigor, o sea, que no fueran una estafa en términos de contaminación. No es de recibo dar la solución salomónica siempre a favor de las grandes corporaciones: paga y puede seguir contaminando. Una vez ha sucedido, se dicta justicia a favor de las compañías para preservar puestos de trabajo, incumpliendo las leyes y buscando que salgan airosas habiendo cometido una estafa que atenta contra la salud de la humanidad y del Planeta. ¿Se está o no por un Planeta libre de emisiones, o todo es un cuento chino para vendernos a todas las familias coches eléctricos?
Vemos que los delincuentes pueden seguir haciendo lo que quieran a cambio de unos euros. Seguimos manteniendo un sistema social y jurídico que sigue siendo una mafia y una cloaca de corrupción. Dar una indemnización a los usuarios de vehículos que le vendieron estafándoles, estafando a las autoridades de todos los países del mundo donde vendieron sus coches, es hacer a los usuarios cómplices y callarles la boca frente a las medidas dictadas para preservar el medio ambiente. Se debe ir a saco contra los fabricantes estafadores, y como en el centro de todo este asunto debiera estar la salud humana y la del Planeta, habría que paralizar todos esos vehículos que incumplen las leyes, exigiendo a los fabricantes su sustitución por modelos equivalentes que no contaminen más allá de lo permitido.
Nos la dan todas en el mismo cachete.
Seguiremos...
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