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Nos hemos acostumbrados a que todo lo que compramos vaya gravado con el citado impuesto, pero es que no representa la misma dificultad para la gente pobre que para los ricos. Es, por tanto, un impuesto injusto que debiera desaparecer y ser suplantado por un IRPF real, basado en los ingresos reales, y hago hincapié en lo de real, ya la Administración sabrá qué hacer para que no suceda lo que ocurre hoy en día y sucedió toda la vida, que los dineros se ocultan, sobre todo, por aquellos que no tienen nóminas sino negocios.
El IVA es la fuente de financiación del Estado más cómoda, pero desde el punto de vista de igualdad es un desastre, por lo indicado, que no es otra cosa que la dificultad que suponen los altos precios, el montante elevado (precio + IVA) de ciertas compras para la gente menos pudiente. Sin embargo, los gobiernos son incapaces de poner coto al dinero real que mueve la gente. El Estado, a veces, parece cómplice de esa gente que evade impuestos, que enmascara cifras de negocios, de compras y ventas, que oculta facturas poniéndose de acuerdo con sus proveedores. Recuerdo la cantidad de llamada que se hacían entre clientes y proveedores a la hora de dar las cifras para el 347.
Los gobiernos legislan para facilitar la ingeniería fiscal, en lugar de hacerlo para acotarla, para bloquearla, para castigarla y para que todos paguen conforme a sus ingresos reales, ya hemos vuelto al punto de salida. Si todos pagasen el porcentaje calculado por cada euro que se ingresa para cubrir los gastos de nuestros servicios públicos, pagos de deuda, inversiones, etc., no habría necesidad de mantener el injusto impuesto por IVA. ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Quién exige a los empresarios y banqueros que obren con honestidad y solidaridad hacia el resto de la sociedad? ¿Quién persigue a los corruptos y los castiga con contundencia? ¿Dónde queda la justicia cuando vemos día tras día cómo la impunidad aumenta inexplicablemente?
Si a las empresas se les exige impuestos por los dineros que sean sus supuestos beneficios, lo digo así por los maquillajes contables, por qué a las familias se les grava por los ingresos, y no por el dinero que suponga ahorros, o sea después de gastos, de haber pagado sus facturas y deudas, como en las empresas. ¿Por qué las empresas tienen el ancho del embudo y el estrecho para la gente de a pie, la clase trabajadora? Lo justo sería que todos pagásemos un porcentaje del dinero que ingresamos, y si es así, las empresas tienen que pagar por el dinero que entra, como nosotros. Evidentemente, en el porcentaje que el Estado estipule es el adecuado para cubrir los gastos de los servicios públicos. Por supuesto, es necesario que se revise a conciencia ese gasto y se adelgace la Administración de salarios de enchufe, de puestos ineficaces e inservibles, sin funciones. Ahorrar, eliminando subvenciones millonarias a Casa Real o Iglesia y cientos de asociaciones creadas para parasitar a los españoles. Rebajar sueldos de políticos y toda la caterva de asesores nombrados a dedo por aquellos. Reestructurar y simplificar todas las Instituciones dejando lo magro y deshacernos de la grasa, que es mucha.
Seguiremos...
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