lunes, 14 de noviembre de 2022

CIVISMO

 

                                                     Imagen: www.diariodemallorca.es

    Voy a comenzar exponiendo la definición de civismo según la RAE, y a partir de ello lo desarrollo con lo que vaya viniendo. Definición: Comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública. Pero no me quedo tranquilo sin ir al término convivir, así que se define el mismo como: Vivir en compañía de unos y otros. Ahora sí, tenemos la base, los ingredientes para entrar en materia, porque en este asunto hay mucha tela que cortar. En primer lugar abordo el asunto por ser un afectado como lo somos todos, a penas tengamos un mínimo de educación y conciencia, que no estando ambas incluidas expresamente en las definiciones citadas, se sobreentienden, pues sin educación es imposible convivir adecuadamente con los demás, y sin conciencia, es más que improbable que alguien tenga en consideración a los otros.

    En el vivir diario hay cientos de ejemplos que ponen de manifiesto que cantidad de gente no alcanzan el nivel mínimo para que podamos vivir en paz y tranquilos, por ejemplo: Algunos dueños de perros que permiten que sus canes defequen donde les pillen, no les educan para que lo hagan en alcorques de árboles o suelos terrizos, y retirar las cacas, sino que le permiten lo hagan en las aceras, en las puertas de las  casas de la gente, y les falta civismo para retirar el regalito. Comienzo por este ejemplo como podría haber comenzado por otro, los que conducen por la izquierda en una vía de dos carriles como si no existiera el carril derecho. Los que giran donde les apetece sin anunciar su maniobra mediante la indicación luminosa del intermitente de su vehículo. Los que aparcan sobre la acera impidiendo el paso de los peatones. Los que lo hacen en doble fila interrumpiendo la normalidad del tráfico rodado. Los que yendo a la velocidad máxima permitida, te quieren pasar por lo alto mientras vas adelantando y te acosan con su intermitente izquierdo, echándote el coche encima y, a veces, haciendo uso del claxon. Los que sin serlos ocupan aparcamientos destinados a personas discapacitadas, o los que aparcan detrás de tu vehículo, en doble fila y freno de mano puesto. Para terminar los coches, no me podía dejar en el tintero los que socializan su música, abriendo las ventanillas para que todo el mundo, a su paso, pueda terminar de despertarse al ritmo estrepitoso de la canción.

    Tenemos el fenómeno tan común en pisos, los ruidos que hace el de arriba, el de abajo, o el de al lado, parece que estuvieran todo el día martillo en mano golpeando las paredes, arrastrando muebles, zapateando u oyendo la televisión, la radio o el equipo de música a niveles de volúmenes tales, que los tenemos metidos en nuestras habitaciones o nuestros salones. Sucede otra curiosidad en las propiedades, que hay gente que se ha creído que como es su casa puede hacer lo que le venga en ganas, y así lo dicen cuando se le llama la atención, ignoran que están rodeados de otras personas y viviendas, no tienen el civismo suficiente para convivir rodeados de otras personas. Hay los que se dedican a pegar mocos en los espejos de los ascensores, los que arañan con sus llaves las paredes de las zonas comunes de los bloques de pisos o las puertas de los ascensores. 

    Hay personas semejantes al caballo de Atila, de éste se decía que por donde pisaba no volvía a salir la hierba, y en el caso de esas personas ocurre que por donde pasan se reconoce por la basura que dejan a su paso. Que toman un brik o una lata de alguna bebida, pues ya sabemos que terminará en el suelo, con o sin parte de bebida y la correspondiente mancha en el acerado, incluso aunque haya una papelera a escasos dos o tres metros. Les da igual, su rebeldía, su protesta o, simplemente, su escasa educación y civismo, no les permite dirigirse a la papelera, dar esos escasos cinco pasos y comportarse como una persona con principios. Que hacen un picnic en un parque, pues ya sabemos que los vasos de cartón, las botellas, las latas, los platos de plástico y todo cuanto no es aprovechable quedará esparcido por el principio de Arquímedes, en un área equivalente a la que ocupaban mientras se divertían, lo que sucede es que en este caso lo que rebosa es la basura y no el agua.

    Hay mucho más, pero no acabaríamos nunca, por ejemplo: Los que se cuelan para sacar entradas en las taquillas, los que se cuelan en las colas para hacer la compra en un establecimiento. Los que te llaman todos los mediodías para venderte y te despierta el timbre del móvil de un sobresalto, empresa a la que les has dicho casi cada día del año que su producto o servicio no te interesa. Los que actúan a propósito sabiendo que hacerlo causa daño a otros, pero como ellos sacan algún beneficio, lo hacen. Esto ya entra dentro del egoísmo de algunos, pero al fin y al cabo toca la convivencia, la relación con los demás.

    Para no alargarme más, esto ha sido un botón de muestra, y una llamada de atención para que pongamos todos de nuestra parte y logremos una convivencia más cómoda para todos, es cuestión de un pequeño esfuerzo por parte de todos y pensar más en los demás. Todo se puede volver en contra de los incívicos, las mierdas de sus perros pueden estrellarse en sus portales o en sus coches. La música puede ahora hacerla el vecino apuntando sus altavoces hacia su vivienda y no dejarle descansar en todo el día. Todos tenemos capacidad si queremos, para joder al de al lado, lo que sucede es que el nivel de educación de algunos nos hace ser más comedido, casi no nos permitimos, al menos conscientemente, hacer daño o molestar a nuestros vecinos.

    Seguiremos...

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