Si no sabes de lo que voy a hablar, no lo comprenderás, no lo veas como algo necesario y, sin embargo, es la causa de casi todo lo que sucede en nuestra sociedad y en el mundo.
Todas las personas podemos cambiar, tenemos cualidades desconocidas, tenemos valores que pueden hacerse presentes y que pueden revolucionar nuestras vidas o contagiar a alguien para que se interese en su propia transformación.
Todavía, tal vez, no sepas de qué hablo, sobre todo no lo sabrán los que están demasiados inmersos en la vorágine cotidiana, ruidosa y siempre volcados hacia lo externo con total descuido de su ser interno. La rutina diaria de estudios y trabajo es una parte que se ha hecho necesaria como vía para hallar el sustento, pero somos mucho más que ello, no solo el escape de bares y fiestas, las bebidas y las drogas, los viajes, las películas y toda clase de entretenimientos, que parecen estar a nuestro servicio. Muchas de estas distracciones nacieron para cubrir esa parcela de aburrimiento de aquellos que no saben estar consigo mismos, que no descubrieron el mirar hacia su interior, pensar por sí mismos, reflexionar, sentirse bien en el silencio, valorar la tranquilidad y la paz interior. Todos podemos trabajar para auto descubrirnos, para ser más felices, para amar más y para que nuestros valores humanos, así como nuestra conciencia se acrecienten. Todos tenemos esa capacidad y el mundo está muy necesitado de que demos un salto de nivel para que cesen las aberraciones en formas de violaciones, asesinatos, guerras, hambre, luchas de toda clase innecesarias, rencores, odios y demás fatalidades, consecuencia del escaso desarrollo interior de las personas.
Cuando la persona crece interiormente se produce el cambio sin que haga nada para ello. Los valores humanos emergen, se hacen presentes en su vida y se relaciona con amor, respeto y otras muchas bondades que nacen del interior de la persona. Los hábitos de la persona que crece, cambian y los de alrededor se dan cuenta. Ya solo queda que se diga cómo hacerlo posible ¿verdad? Pues sepan que la respuesta es de cada cual, porque debe obligarse a introducir una disciplina que vaya en esa dirección, hacia el interior, hacia el auto descubrimiento y practiquen con seriedad, sigan lo más fielmente las instrucciones de su guía, céntrense en silencio, respiren, siéntensen, disfruten, persistan y el cambio se producirá. No le digo que la magia sea de un día para otro, pero no desesperen, siempre llega.
Solo cuando todas las personas crezcan, el salto como humanidad lo estaremos dando, y les garantizo que con ese nuevo ser no se darán todas las bajezas que hoy padecemos en todas las áreas de esta existencia. Digo la existencia, sin querer meterme en eso pues nos llevaría varias páginas más, porque la vida no solo es esta existencia sino otras dimensiones o frecuencias. Para poder comprenderlo sin entrar en explicaciones complejas os pondría el símil con dos ejemplos: Un huevo Kinder, que tiene exteriormente una capa de chocolate blanco, supongamos, pero dentro hay otra de chocolate negro, y aún más al centro hay una sorpresa. El otro ejemplo, y con ello termino, imaginen una radio que sabemos tiene diferentes frecuencias que podemos seleccionar, pues cada uno está en una frecuencia próxima, y es como si nos oyéramos pero con cierta distorsión, por eso no llegamos a comprendernos. Concluyendo, seres que transitan otras dimensiones que están entrelazadas, o se mostraran en diferentes frecuencias.
Seguiremos...
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