lunes, 21 de noviembre de 2022

TERCERA PARTE MOTOS

 


    Os comentaba que mi amigo Alberto Martinez había comprado una Sherco de trial y yo una Gas Gas TXT Pro 280 con las que empezamos a recordar lo que era conducir una moto de trial pura. Quedábamos cada vez que teníamos tiempo para practicar un poco. Alberto era experto marcando zonas y poniendo dificultades, así que de cuando en cuando nos sorprendía una caída y de vuelta a casa con dolores por alguna parte del cuerpo, pero en cuanto mejorábamos ya estábamos otra vez en el lío. Un día Alberto estaba en Alcalá de Guadaira, se cayó sobre unas rocas y se rompió varias costillas. Algo más tarde se volvió a  caer y se fracturó la clavícula. Fue dejando de conducir moto de campo, al menos con la frecuencia anterior y le dio por comprar un "maquinometro", permítanme que la nombre así: Suzuki Intruder M1800R, trescientos cincuenta kilográmos de moto. Nosotros que veníamos de las motos de trial que no rebasaban los 70 kilos, se me hacía un imposible conducirla en mi cabeza, pues hacia donde quisiera ir la moto, se iría, tenía cierto miedo, pero bueno era la moto de Alberto, no la mía.

    Vuelven a pasar unos años y me encuentro con un canal de You Tube "Embarrados", de un grupo de aficionados al trail que hacen rutas a lo largo de toda la geografía española. Me divertía verlos y el gusanillo comienza a renacer dentro de mí, así que le planteo a mi mujer que quiero comprar una moto de trail para tener la posibilidad de un uso diario y salidas tranquilas por carriles los fines de semana. El fuego se encendió y comencé a buscar una moto de trail de 350 ó 400 cc, que era lo ideal para mí. Primero me dediqué al mercado de segunda mano o motos usadas, pero no hallaba nada resultón y en precio, pero sobre todo escaseaban las opciones que creía se ajustaban a lo que buscaba. Pasé a la búsqueda por Internet de modelos de trail nuevos y económicos. Había una moto que me cuadraba a simple vista, se trataba de la Zontes 312T, pero vi un vídeo de un usuario que decía que meterla por campo era fatal por la calidad de los elementos que se rompían con suma facilidad. Lo descarté, a pesar de que estuve a punto de cerrar la compra, pero estando en la misma tienda hice una reflexión: yo ya no tenía ambiente que anduviera por campo de la manera tranquila que me planteaba, pues ya andaba por los sesenta años, y en la exposición había una scooter con unas líneas que me agradaron. En aquella reflexión me preguntaba sobre el uso que le daría y traté de ser lo más honesto conmigo que pude ser y no engañarme; iba a usarla para casi todo lo que me surgiera, trabajo incluido. Me convencí que era una moto práctica para la situación del momento y di un giro de ciento ochenta grados, en lugar de cerrar la compra de la trail, cierro la compra de una Kymco Grand Dink 300 cc. 



    Contacto con un vecino y amigo, Antonio Calero, que tiene una scooter Piaggio X-10 de 500 cc y acordamos hacer una salida a la semana por alguna ruta por la provincia de Sevilla. Por ahí empezamos tomando en todas direcciones, circulando por las carreteras más olvidadas, estrechas y curveadas, que es donde más disfrutamos de las motos. Antonio es buen conocedor de todos los rincones de Andalucía y se suele encargar de proponer las rutas, después de realizarlas abro Google maps y confecciono las rutas y las cuelgo para que otras personas las puedan hacer. Evidentemente l provincia de Sevilla se nos quedó pequeña y hacemos incursiones en la de Huelva, Cádiz o Córdoba.

    Con esa Kymco hice más de quince mil kilómetros en tan solo un año de vida de la moto, pero a decir verdad se me había quedado corta, sobre todo en carretera, su velocidad real máxima es muy poco superior a 120 kms/h; además, si la necesidad del tráfico me obligaba a acelerar rápido, surgían unos ruidos internos del motor que no me eran agradables, así que le propuse a mi mujer cambiarla por otra de mayor cilindrada. De la noche a la mañana fui al concesionario a que me la tasaran e hice la composición para cambiarla por otra Kymco, en este caso se trataba del modelo Xciting S400, y es otro mundo, tanto en aceleración, velocidad punta, suavidad, seguridad, etc. Estoy muy contento con ella, me permite hacer rutas más largas, y las salidas se han convertido en dos semanales. Tiene tres meses y ya se acerca a los cuatro mil kilómetros.



    Con esta entrega pongo fin a la trayectoria motoril.

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