Acabo de llegar a casa tras ocupar mi medio metro cuadrado de espacio en la manifestación por una sanidad pública de calidad, que no se privatice, y que los políticos no la desatiendan como están haciendo, cerrando centros por no tener contratados suficientes médicos y enfermeros (entiéndase también referido a las mujeres que ejercen la profesión sanitaria en cada categoría profesional). Al final, la ciudadanía padece el déficit de atención sanitaria, en modo de espera, en retraso de consultas, visitas, operaciones, etc.; en definitiva con una falta de atención médica de calidad.
Yendo directamente a la manifestación, como casi siempre, eramos pocos, al menos para mí, lo que me llevaba a pensar con cierto sarcasmo: "¿Será que hay tantos miles o millones de sevillanos gozando de un seguro privado de salud, que no se acuerdan de lo necesaria que es la salud pública para el resto de la población?". Supongo que nos habremos reunido unas dos o tres mil personas, yo lo puedo decir, puesto que no tengo interés como los partidos políticos o los medios de comunicación al servicio de tal o cual fuerza política. De ahí las noticias contradictorias, según unos doscientas personas, y según los otros diez o veinte mil. Pero ni lo uno ni lo otro, con visión objetiva, sin llevarme nada para mí, creo que si alcanzamos las dos o tres mil personas, más bien dos mil que tres mil si mi vista y mi cálculo no me fallan. Ya quisiera que hubiéramos sido dos o tres millones de personas, que nadie se hubiera quedado en su casa ni en Sevilla capital, ni en toda la provincia... ¡ojalá! ¿Están todos conformes con que deseen coger cita con su médico y tenga constantemente la agenda llena, ni puedan ser atendidos presencialmente ni telefónicamente? Yo creo que no, que desean ser atendidos como hace años, en el día o al día siguiente, pero la sanidad ha empeorado y eso no es posible ya, habrá que preguntarse por qué. La sanidad es mal gestionada por lo políticos, en este caso andaluces, porque como sabemos las competencias en sanidad son de las Comunidades Autónomas. Dan más importancia a otros asuntos, muchas veces irrelevantes para la ciudadanía e interesante para ellos que se prestan a vender los servicios públicos, beneficiando a las empresas privadas de amigos y conocidos; no tienen el menor de los reparos para desmantelar lo que es de todos y se dejó en sus manos, confiando para que lo gestionaran lo mejor posible, por el bien de todos.
Esas dos o tres mil personas hemos sido coherentes con nuestras ideas en defensa de la sanidad pública y de calidad, pero dos o tres millones de personas, salvando a los que por motivos o causas mayores no han acudido a la cita de la defensa de la sanidad de todos, se quedaron en casa, en su zona de confort, o salieron a pasear, de tiendas o se quedaron viendo la tele, mostrando una total insolidaridad con los que sí hemos hecho el esfuerzo y salido de nuestra zona de confort para movilizarnos por el bien de todos, también por el de los que cómodamente pasaron de venir a manifestarse en las calles.
Seguiremos...
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