sábado, 12 de noviembre de 2022

QUE NO NOS QUITEN EL SILLÓN

 

                                                                 MENTIRA, CONTINÚA

    Soy de los que está convencido de que no vivimos en una democracia, sino bajo un tipo de dictadura ejercida por un pequeño grupo u oligarquía política, sometida a su vez a otra oligarquía empresarial, y ambas oligarquías someten al pueblo, le imponen las normas por las que el pueblo se ha de conducir según sus intereses, al tiempo que queda sujeto y obligado al cumplimiento de cada una de esas normas o caprichos de aquellos. Al tiempo que legislan esas normas sin que nos consulten nunca, legislan también las condenas y sanciones que nos corresponderían si osásemos a desobedecerles, como medida de represión, una de esas leyes descaradas y directas a la línea de flotación social es la Ley Mordaza, ellos le llaman de seguridad ciudadana, y yo le llamo de represión de la ciudadanía. Una manera de contener cualquier acción colectiva contra sus imposiciones, las protestas, las grabaciones de los abusos policiales, etc.

    LLegados a este punto se me hace imprescindible hablar de la nombrada sedición en estos días, por aquello de la rebaja de las penas por tal "delito" cometido, según las autoridades que no quieren le arrebaten el poder que ostentan y con el que se imponen a la ciudadanía, los políticos catalanes que fueron apresados, sentenciados y encarcelados. Entrecomillé la palabra delito porque considero que ante un régimen represivo que impone como una dictadura, que ha usurpado el poder a la ciudadanía, que se rige por un sistema legal constituido por órganos de poder sin consultar ni tener en cuenta la voz del pueblo para nada, o sea, sin aplicar ni una pequeña dosis de democracia y dotándose de todos los privilegios que han querido, no es que sea un delito, sino que es una obligación de la ciudadanía luchar para despojar del poder a los usurpadores, a los que gobiernan desconsiderando a la gente, sin escucharle y oprimiéndole con sus normas muchas veces injustas. Han montado un sistema a costa de nosotros, pues somos los que corremos con todos los gastos, poniéndose ellos sus sueldos, vaciándonos los bolsillos cuando les ha interesado, bien con subvenciones, aportaciones que llaman rescates, sobre sueldos, comisiones, sobre costes en las adjudicaciones, corrupción y saqueo salvaje; a pesar de todo, nos quieren en casa, con la cabeza bajada y muy modocitos... ¡No hay derecho! Claro que es justo movilizarse contra los que nos tienen amedrentados y hasta reprimidos e ignorados. Sedición, según el diccionario de la RAE dice: Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión. Rebelión: Levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del Estado, con el fin de derrocarlos. Cuando se sopesa la situación de engaño social, político y autoritario, lo justo es derrocar ese poder opresor, antidemocrático, para conseguir que sea la ciudadanía la que tenga el poder que le corresponde y deje de estar sometida a una minoría que se rige por un código legal hecho a medida para beneficiarse de la manipulación de los ciudadanos. Todo hay que echarlo abajo para poder construir algo diferente con el beneplácito de la gente, por y para ella, en dónde el poder sea suyo, no de una minoría vendida a los grandes empresarios, banqueros y grupos de inversión, o sea, al dinero.

    Para terminar, por si alguien tiene dudas de los expuesto, me remito de nuevo al diccionario para buscar la definición de la palabra Represión: Acto, o conjunto de actos, ordenados desde el poder, para contener, detener o castigar con violencia actuaciones sociales. Todos tenemos cientos de imágenes en la retina, en nuestra memoria, de hombres vestidos de negro, a las ordenes de políticos, que nos majan a palos en ciertas actuaciones sociales reivindicativas, ¿verdad?, pues están ejerciendo represión. No he exagerado nada, es lo que hay, lo que se ha normalizado para estabular al rebaño, mantenerlo en calma y sometido. Castigan sus leyes el intento de la sociedad reprimida de liberarse de tal opresión, pero no castigan, sino que se valen de ello, disolvernos por la fuerza de las porras. No es justo, no castigan por igual hacia los dos lados, ¿lo ven? Estamos bajo el yugo de una dictadura, no de una democracia. Al pueblo lo mandan a callar y lo encarcelan. Si supieran que no ejercen como tal, como dictadura, no existiría el castigo de represión contra los que quisieran liberarse de ella.

    Seguiremos...

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