Eso me pregunto al ponerme delante del ordenador, ¿de qué hablamos hoy?... ¡hay tanto de qué hablar! Hablamos de:
- La rectificación del Supremo a la modificación de sentencias por malversación, realizada por el gobierno a cambio de apoyos en esta legislatura.
- De la chifladura conspiranoica de EEUU y los globos "alienígenas-chinos" que dice están espiando su país.
- De la escasa subida del SMI y las protestas del presidente de los empresarios, no asistiendo a la reunión para acordarlo, cuando él cobra un escandaloso salario de 400.000€ anuales, parte del cuál proviene de dinero público.
- De la rebaja invisible del IVA en los alimentos, porque en la compra los productos no dejan de subir más y más.
- De la subida de intereses de las hipotecas, o de la subida del precio de los servicios y comisiones bancarias, igualmente recomendados por el FMI y sus millonarios empleados, que no dejan de luchar contra la gente menos pudiente, dicen que para paliar la inflación de los precios.
- De la cansina, y como todas las guerra, descerebrada guerra de Ucrania.
- Del nuevo tiroteo sucedido en una Universidad americana, como tantos otros episodios que se repiten una y otra vez, como si fuese el día de la marmota, pues no pueden estar las armas al alcance de cualquier ciudadano sin control alguno, porque pasa lo que pasa, que cualquier cabreo o decepción se cierra con unos pocos de muertos.
- De cómo sigue el caso de abuso de Dani Alves, si lo hizo o no, si abusó o no, si la chica se quiere aprovechar o no. O si hay pruebas o no.
- Del esfuerzo enorme que hace el PP para que el PSOE acepte su apoyo en la rectificación de la Ley del "Sí es solo Sí", y de esa forma aparecer de nuevo en el candelero político del que anda bien desdibujado tras la cantidad de casos de corrupción que hubo, o se descubrieron, en la legislatura de M. Rajoy, continuada por el bajo nivel que muestra el candidato de la oposición a la presidencia del Estado en las próximas elecciones.
- O prefieren que hablemos de cuánto nos han robado todos los gobiernos que hemos tenido en España, de cuánto han negociado a nuestras espaldas, de la innumerable estafa que han supuesto los miles de adjudicaciones amañadas y abultadas de precio con tal de recibir una parte para financiar sus campañas y aparecer dopados en las elecciones celebradas. Y de cuánto hace falta acometer la obra faraónica de revisar o auditar formalmente y sin intromisión de amigos o conocidos en la misma, para conocer el alcance de cuánto nos han robado todos los que han gobernado. Pedir sean juzgados por jueces y fiscales no maniatados ni comprados de algún modo por unos partidos y otros, así como exigir nos sea devuelto todo lo que han malversado, derrochado, gastado en cosas para las que no se recaudaron.
Si esto sucediera, llegaríamos a ver a casi todos los gobiernos, y a casi todos los políticos que consintieron con sus votos, o fueron cómplices con su silencio, en las cárceles, y sus familias arruinadas por la exigencia de la devolución forzosa que debieran efectuar para que cuanto nos robaron retornara a las arcas públicas. España, la que tanto dicen amar todos esos delincuentes de traje y pelo engominado, sobre todo, en tiempos atrás, ahora sin engominar, y que a la primera que pueden se la meten a Hacienda y a todos los españoles, haciendo negocios fuera de España, llevando sus ganancias a paraísos fiscales, constituyendo una red de empresas falsas para terminar de blanquear todo aquel dinero en negro que mueven al margen de la legalidad, incumpliendo, como buenos "patriotas" con su obligación a soportar solidariamente los servicios públicos. Algo que a todos ellos no les importa nada, pues tienen dinero suficiente para acudir a los servicios privados, y a la población que le den.
No podemos confiar en ninguna de esas organizaciones criminales que en forma de partidos políticos se llaman a sí mismos, e insisten públicamente, en recalcar que son constitucionalistas y democráticos. Cuanto más ruido hacen en ese sentido, más peligrosos suelen ser, ¿recuerdan al Milagro económico español?, ¡Vaya ministro! La que tenía montada era de libro, creo que se le llegaron a conocer casi todos los delitos monetarios y fiscales que se pueden cometer, pero ¿Qué?, un pase ligero por prisión de lujo, y a la calle. Seguro que de todo el dinero estafado a los españoles, habrá abonado, como casi todos los delincuentes de alto standing, el uno por ciento, si acaso, porque entre otras cosas nadie investiga seriamente, y si se llega a conocer algo, tratan de camuflarlo cuanto puedan, el resto ya lo afina el fiscal y el juez correspondientes.
Todo lo que nos brindan es mentira, nos mienten como bellacos, nos obligan a vivir conforme a ellos les interesa, nos callan con sus normas y sus leyes anti populares, dictatoriales y con un estilo totalitario disfrazado de democracia o que lo hacen por nuestro bien. Ley mordaza de seguridad ciudadana, el título bien, pero lo cierto es que se tratan de proteger ellos y sus instituciones (los nidos de ratas), incluso a los policías, de cualquier reacción seria de la ciudadanía. Aplican sanciones estratosféricas para acojonarnos e inmovilizarnos, y no la derogan, a pesar de que el mentiroso Sánchez dijo que la derogaría en cuanto llegara al Gobierno. Pues ya lleva casi cuatro años, una legislatura y no ha tenido una noche para derogarla, aunque sí ha tenido muchas para hacer decretos que nos jodían la vida, o nos dejaban encerrados. También iba a publicar la lista de los 700 defraudadores en cuanto llegara al gobierno, así se lo recalcó cientos de veces a M. Rajoy, el de los papeles de Bárcenas. Su lucha no es contra la Corrupción, por eso no la publica, y porque deben recoger nombres con apellidos ilustres, de personajes y políticos bien conocidos por todos. Ese es el bien de este presidente hacia la transparencia, hacia el orden y para poner fin a la delincuencia de los de arriba. Nunca se va a acabar con esa falta de integridad y esa carencia de honestidad hacia el pueblo español.
Para que no nos vuelvan a defraudar, en las próximas elecciones no votes, ni te molestes, que se voten solo los políticos y sus familiares, el pueblo en su casa como acto de protesta... ¡URNAS VACÍAS!
Seguiremos...
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