Cada sociedad es una jaula de cristal que nos envuelve y nos limita. Es así porque los políticos han legislado para que así sea. Ellos han creado la jaula con límites a la conciencia, a la capacidad de reacción, a la creación, al libre divagar y al libre deambular. Aparentemente no es así, pero lo es, y cada día avanzan en el corte de alas a la población, hacen leyes con sanciones exageradas para todos aquellos, que siendo de clase humilde, osen en traspasar las orillas que los políticos, a las órdenes de los poderosos, han fijado.
Lo bueno para todos ha de pasar los filtros del poder para alcanzar a la población en general. Lo malo o, que castiga de algún modo a la gente, ve la luz de la noche a la mañana en un decretazo de última hora, ¿Qué cuesta hacer el bien y que este bien alcance a cuanta más gente mejor? ¿Por qué las sociedades son tan egoístas, tan oligárquicas? La gente no piensa ni toma conciencia, en su lugar solo obedece normas y sigue fielmente la programación con la que le educaron, hay poco margen para el libre albedrio.
Hoy me he levantado con un profundo sentir pesimista, pues observo una continua dispersión política, y un sinsentido en dicho conclave, que me hace comprender que es imposible la revolución, el cambio auténtico de paradigma social y vivencial, con el nivel escaso de humanidad y compasión que exhibe la gran mayoría política. ¿Por qué incido tanto en estos vividores de lo público?, pues porque todos se han encontrado con los mandos legales, otorgados por ellos mismos y los que estuvieron antes, para hacer efectiva y eficaz la jaula de cristal que nos contiene y retiene dentro del orden que a ellos y a los poderosos interesa.
No es muy entendible lo que expongo ni cómo lo hago, pero hoy me desenvuelvo en una metáfora mental y escrita, cansado de luchar con mi mente para lograr encontrar una salida que a todos nos beneficie; al tiempo que se pueda apartar a tantos parásitos que se alimentan de nuestros esfuerzos, dando tantas muestras de zancadillear el progreso y el bienestar de la gente porque prefieren alimentar sus carteras, asegurarse sus cargos públicos y dar empleo a dedo a sus familiares, conocidos y amigos. Estoy harto de ello, muy harto, si cayera más al fondo, que espero no sea así, entonces empezaría a sufrir problemas de salud, y todos esos parásitos no se merecen que nadie enferme como consecuencia de sus irresponsables actos y su peor proceder.
El control es mío y no de ellos. Podrán seguir manteniendo su jaula de cristal limitante, pero mi protesta y mi mente me pertenecen, mis sentimientos son míos y son libres. Ellos no dejan de ser las marionetas del guiñol de los poderosos. Como personas no valen un duro, solo guardan parecida fisonomía con cualquier ser más humano que ellos, pero no dan la talla, así son casi todos los políticos. Votados para hacer el bien y no para perder el tiempo miserablemente. No para pactar a la espalda de la ciudadanía lo que más conviene a la captura de votos, a sus partidos y a sus carteras.
Pueden mencionar asuntos polémicos y hasta contradictorios o contrarios al bienestar de la población, pero tienen la potestad de ponerlo negro sobre blanco y editarlo en el boletín del Estado; entonces ya es de debido cumplimiento para todos. Nada nos consultan, no somos nadie para ellos aunque debatan sobre nuestra muerte o nuestra vida. Su palabra es palabra de rey y, desde ese instante, encienden las cámaras de vigilancia para hacernos obedecer con el temor a que nos impongan serias e irracionales sanciones.
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario