Seguimos siendo unos salvajes, no sé cómo tienen cuerpo algunos para estar una jornada de trabajo colaborando con el asesinato de miles de animales. Ayer vi un documental de DW, titulado: ¿Necesitamos consumir carne?, y me voy a remitir al dolor tan grande que producen solo dos o tres tomas. El resto del vídeo no impresiona, aunque seguramente a muchos de la cultura carnívora en la que fuimos programados, tampoco les diga gran cosa, lo vean como una agonía imprescindible con tal de pasar carne por la plancha o la barbacoa e ingerirla para su placer gastronómico. El responsable del matadero alemán que facilitaba la información decía que allí sacrificaban (asesinaban) treinta y cinco mil cerdos cada día. Se veía las imágenes de esos animales, totalmente inocentes, que iban a ser asesinados, se les veían desorientados, nada de aquellos corrales o laberintos por los que tenían que circular hasta llegar a la cámara de gases de dióxido de carbono, les eran conocidos. Eran gaseados y los animales experimentaban la asfixia, luchaban inútilmente por encontrar un hueco por donde escapar o una bocanada de aire fresco que respirar, hasta perder el conocimiento, eran varios minutos de auténtica agonía. De las cámaras de gases eran expulsados rodando como si se tratara de sacos de arena. Eran asidos por una pata trasera y colgados para pasar por delante del matarife o asesino, que les acuchillaba con total frialdad en un lado del cuello hasta ver que por la herida comenzaba a brotar abundante sangre, era el momento en el que estaba seguro de haber seccionado la arteria. Minutos después llevaban el cuerpo, nadie sabe si con algún hilo de vida, frente a una sierra que lo divide en dos mitades, etc. ¡Es una experiencia terrible! ¡Seguimos siendo unos salvajes!, y eso es en un matadero, ¿Se imaginan lo que han de pasar los animales asesinados en las tradicionales jornadas de matanzas en los pueblos? ¿Se imaginan los animales asesinados en espectáculos populares, lanceados, apedreados, lanzados de los campanarios, etc.?
Un aplauso sarcástico para todos esos individuos e individuas que han planteado y votado la actual ley de bienestar animal, que no protege a casi ninguno, y solo nos vuelve a quitar libertad a las personas para que podamos mantener relaciones con algunos animales, que tal vez, a ellos no les gustan y por eso las prohíben. Cada día los campos de concentración nazis están en acción, han trascendido las barreras de la historia, acontecen en todos los mataderos del mundo, sin que los humanos movamos un dedo para salvar de la agonía y el dolor más inhumano a todos esos animales que van a ser asesinados para satisfacer la gula de muchas personas. Es hora de aprender a alimentarse sin matar organismos complejos, muy parecidos a nuestros cuerpos, con funciones similares y maneras de sentir próximas. ¿Nos gustarían que vinieran los camiones a recogernos, nos llevaran a una nave y nos quitaran la vida sin haber dado motivo para ello? Pues eso es lo que hacen con los animales, ¡Hay Holocausto a diario en muchas ciudades del Planeta! Eso no les importa a los insensibles políticos, vendidos a los capitales, a los señores que lo mueven y les compran, a todos aquellos que les ofrecen grandes mordidas a cambio de su silencio.
Cuando comemos, al fin y al cabo, lo que hace nuestro cuerpo es aprovechar una serie de nutrientes, ¿No hay forma de obtener los nutrientes de frutas y frutos secos, algunos vegetales y, si acaso, suplementar con algún complejo vitamínico? ¿Por qué los nutricionistas no se manifiestan a favor de la vida e investigan una alimentación equilibrada que prescinda de las carnes y el asesinato de los animales? ¿Habría posibilidad de acabar con la industria cárnica y derivados de la misma? ¿Seríamos capaces de hacerlo? He puesto el dedo sobre la llaga de la multinacional cárnica y los millones de puestos de trabajo, el chantaje perfecto para los Gobiernos que no saben reaccionar y prefieren humillarse y ser recompensados de algún modo.
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario