Estamos en tiempos de tecnología avanzada y robótica, así que el horizonte que se despliega delante de nosotros es, como vienen diciendo los expertos, de una industria automatizada, en la que las máquinas y los robots realicen muchos de los trabajos que ahora hacemos las personas. Cuando esto suceda, ¿Quién o quiénes van a cotizar para la Seguridad Social?, ¿Lo harán los robots por nosotros, le asignarán una cuota, será o no justo, hacerlo?
¿Se legislará para que las máquinas no desplacen a las personas y le dejen sin trabajo, o se proyectará una nueva sociedad en la que los beneficios que obtengan las máquinas y los robots, nos alcancen a todos? Otras personas dicen que emergerán nuevas profesiones, y si eso va a ser así, cuándo comenzarán a formar a la sociedad para estar preparada, ¿Sabe alguien cuáles serán esas nuevas ocupaciones?, ¿Lo harán a tiempo, o esperarán, como de costumbre, a que se alcance un paro desorbitado, un caos social, un abaratamiento de la contratación y un deterioro del bienestar?
Los tiempos modernos conllevan avances tecnológicos, lo cual es muy loable, pero se han de implantar sin abandonar a la gente. A la ciudadanía se le ha de compensar de alguna manera. Hay que seguir viviendo, hay que comer, vestir y calzar. Está bien que se rentabilicen los procesos productivos cuanto se pueda, pero esa rentabilidad tiene que repercutir en el bienestar de toda la sociedad. No puede seguir prevaleciendo que algunos sean los que pongan el dinero, inviertan, sean los que generen puestos de trabajo, etc., todos somos imprescindibles de alguna forma, y los servicios públicos, no digamos. Esos servicios hay que pagarlos, y el dinero ha de salir de todo lo que se produce o genera de algún modo. Es por ello que digo que se ha de proyectar un nuevo paradigma laboral-económico y social.
No basta con que un empresario quiera automatizar todo el proceso de producción para generar mayores beneficios para sí mismo y se quite de encima a todos los empleados a su cargo. Este extremo habrá que legislarlo, tal vez no sea posible ahorrarse parte de los gastos que ahora vienen soportando: salarios y Seguridad Social de sus trabajadores. Por eso indicaba, que quizás hubiera que asignar un porcentaje de lo que es capaz de producir o generar en dinero una máquina o robot para destinarlo al salario de sus trabajadores sustituidos por dichas máquinas o robots, y a Seguridad Social. Entonces, se preguntarán: para qué va a querer alguien invertir en tecnología si no se va a liberarse de gastos que ya tiene. Efectivamente, ahí está el quiz de la cuestión, hemos llegado a la pescadilla que se muerde la cola, y todo por haber sido educados para rivalizar en lugar de cooperar o colaborar. La sociedad no puede seguir siendo la "mina" privada de unos señores o señoras, iguales a los demás, a los que se les ha permitido sacar provecho del resto de los habitantes. Debemos comenzar a pensar de un modo diferente, más humanitario y comunitario, donde todo lo hagamos entre todos y para el bien de todos. Es por ello, que desde hace algún tiempo, no veo que deba existir lo privado a nivel empresarial e industrial. Podemos hacer lo mismo que hacen unos pocos para su único beneficio, o mayormente para enriquecerse ellos, entre todos y, repito, para todos.
Seguiremos...
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