La banca lleva algún tiempo siendo un peligro para la población. La inestabilidad constante en que se ve envuelta, casi siempre por su ambición desmedida y una especulación que pone en riesgo el dinero de todas las personas que tienen depósitos con esas entidades. La banca no se podía conformar con custodiar el dinero de sus clientes, sino que tenía que estar haciendo negocio con dinero que no es suyo, he ahí el problema, y cuando los ahorradores asustados reclaman sus dineros, la banca no tiene efectivo suficiente para devolverlo.
La banca debe ser un negocio que custodie el dinero y cobre un tanto por ciento por asegurarlo, como cuando contratamos cualquier otro servicio de seguridad de una propiedad. Cobrar un tanto por transacciones, y tener prohibido lucrarse de inversiones realizadas con dinero ajeno. Los bancos debieran disponer constantemente, sea en las entidades o en sus centrales del total del dinero que sumen todos los saldos de sus clientes. Si esto fuera así no tendríamos que sufrir los continuos sobresaltos que la banca nos da a todos, porque de alguna forma se las ha ingeniado para que todos tengamos que hacer uso de este servicio, bien porque casi todas las compañías nos obligan a pagar sus facturas con cargo a una cuenta corriente, bien porque la Administración Pública nos exige una domiciliación en una cuenta bancaria, o el pago mediante el ingreso en efectivo a través de un banco.
De nuevo, salen los políticos a la palestra, yo, desde luego, les culpo de casi todo lo que sucede porque no legislan en serio a favor de la ciudadanía, tienen demasiados intereses monetarios que hacen que desvíen su atención de los dos principales objetivos de ser políticos: trabajar para conseguir el mayor bienestar posible para la población, y lograr el máximo progreso para el país, con todo lo que ambos objetivos implican para todos los ciudadanos. Sus leyes deben impedir que los bancos hagan un uso fraudulento del dinero de sus clientes. No son nadie para invertir dinero ajeno, que inviertan los dineros que produzcan con el cobro de sus comisiones por los servicios prestados, así como un tanto por ciento que debieran cobrar por tener seguro, a buen recaudo, el dinero de sus clientes. Y el que no quiera pagar por tener seguro sus ahorros, pues que se los lleve y los ponga debajo de su colchón.
De nuevo, los políticos no se meten, tratan de no interceder por nosotros, de no intervenir una entidad privada, pero después nos traicionan como han hecho en varias ocasiones aportando miles de millones de dinero público para que la banca usurera unas veces, y fraudulenta otras, arriesgando nuestro dinero, no quiebre. Mientras hacen todos los negocios que quieran, generando miles de millones de beneficio, no pasa nada ni lo reparten con nosotros sino con sus accionistas, pero cuando la cagan, que es lo que vienen haciendo con su especulación descuidada, el Gobierno estabiliza el sector bancario con dinero nuestro que se deja de emplear en servicios públicos y, muy probablemente, aumente la deuda pública del pueblo español.
Seguiremos...
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