La mujer dice estar en lucha en el día de hoy, como siempre me digo con todos los demás días, ¿Y mañana qué, y el resto del año? Dice estar en lucha e hipócritamente encabezan todas las manifestaciones mujeres políticas, muchas de ellas en gobiernos centrales o regionales, que nos digan qué han hecho y hacen para que la ley de igualdad existente desde 2007 se cumpla a rajatabla, o que la Constitución, que también recoge la no discriminación, entre otras cosas por razón de sexo, igualmente, no sigan saltándosela a pídola. Porque desde 2007, si la ley hubiera sido atendida y respetada, no tendría razón de ser ni el día ni la supuesta lucha. Herramientas hay desde hace años, pero los gobiernos no han apretado a los que incumplen sistemáticamente las leyes que tenemos. Culpables, como siempre, los políticos y los gobiernos.
Mejor que hacer leyes inútiles, hubiera sido más aceptable haber hecho una ley contundente de defensa de las denunciantes de las desigualdades y tratos discriminatorios por razón de sexo o género. Una ley que les alentara a denunciar a los infractores, que les protegiera ferozmente frente a los que se la saltan y empeoran la situación de las mujeres por desprecio hacia ellas, por considerarlas inferiores, etc. Poner el dedo en este asunto es poner el dedo sobre la llaga, en el tema laboral, todavía, en algunas empresas siguen valorando más el trabajo del hombre frente al de la mujer con igual formación y experiencia, algo que no tiene justificación. A igualdad de categoría profesional, antigüedad en la empresa y horas de trabajo, hombres y mujeres deben recibir igual salario. Tampoco se debe discriminar para ocupar cargos, realizar funciones, ser empleados en ciertas profesiones si se tiene la formación y experiencia exigida para el desempeño del puesto de trabajo ofertado. Llegados a este punto, siempre recuerdo la entrevista que le hacían en televisión a M. Rajoy, cuando era presidente del gobierno, y a la pregunta de por qué en algunas empresas seguía habiendo discriminación en los salarios entre hombres y mujeres, M. Rajoy (el de los papeles de Bárcenas, el mismo que se burlaba de la ley y del resto de españoles encerrados en su casa por Decreto Ley anti Constitucional en pandemia), desviaba la pregunta burdamente con un "... bueno, pasemos a la siguiente pregunta".
Los y las políticas que van a encabezar hoy las manifestaciones, pertenecen a partidos políticos que deben conocer las leyes vigentes, y casi todos gobiernan en Comunidades donde hoy hay lugares en los que se margina a la mujer por ser mujer, se les utiliza como objetos, se les emplea por salarios miserables, se les discrimina en empresas frente a hombres para ocupar cargos de poder dentro de la organización o se le retribuye menos, y hacen poco o nada por remediarlo, porque, una vez más, se han de enfrentar a los dioses empresarios, "los que dan los puestos de trabajo", "los que generan la riqueza en el país", los de las contabilidades paralelas, los que saben hacer ingeniería fiscal para pagar menos que nadie, los que untan a los partidos políticos para sus campañas electorales a cambio de favores legales, etc.
Lo privado no tiene cabida en un mundo comunitario, y la humanidad es una gran comunidad. Lo que ha sucedido en el pasado es que muchos revolucionarios implantaron medidas, a priori, extraordinarias para vivir todos mejor, pero cuando adquirieron todo el poder, perdieron la humildad y la honestidad. Vieron la clave de la caja fuerte, que no la luz al final del túnel, y decidieron enriquecerse a costa del pueblo. Su lema se convirtió en: "Todo para mí y un poco para el pueblo", hasta hundirlo en la miseria. Se hicieron corruptos, avaros, codiciaban lo que era de todos, ignoraron a su gente y la sumieron en la pobreza. También podría haber sido al contrario, que el dictador fuera bueno, y solo obrara por el bien colectivo. Las normas no eran el problema sino la actitud adquirida por el líder.
En definitiva, para mí, el 8 M es ruido producido por todo lo que los políticos no han querido conseguir por el camino legal ya existente.
Seguiremos...
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