Siempre se ha dicho que cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Pues eso es lo que se vislumbra en el horizonte, la caída de entidades bancarias como si fueran naipes. Igual que en 2007 cuando importantes entidades bancarias americanas cayeron provocando un tsunami financiero, en esta ocasión el violento movimiento de agua ha comenzado a consolidarse. Vuelven a quebrar ciertas entidades bancarias y financieras al otro lado del Atlántico (Silicon Valley Bank y Signature Bank), y los banco centrales alzan las orejas en alerta para prever las consecuencias que pudieran resultar para el resto de agentes del dinero, y la cosa no pinta bien. Las Bolsas del mundo se agitan, los mercados se ponen muy nerviosos, algunos proponen más subida de tipos en las operaciones bancarias, incluso en la hipotecas ya firmadas que tengan los tipos variables. Todo esto comienza a rememorar en el inconsciente colectivo la crisis provocada por las hipotecas subprime y la caída de la entidad Lehman Brothers.
Después de esta advertencia, sabemos que el sector bancario-financiero no es tan firme como algunos pretenden hacernos creer. Nuestro dinero en los bancos corre peligro siempre, porque nunca sabremos a ciencia cierta cuando llegará la gran ola. Ahora el dinero es ficticio, solo son números, dígitos, en los ordenadores y en nuestras cartillas bancarias. El dinero, nuestro dinero, lo tienen prestados a terceros o invertido de algún modo, rentándole a los bancos, a pesar de que no comparten ni un euro de sus beneficios, al menos no con nosotros. Se lo quedan todo, son beneficios para las entidades y dividendos para repartir entre sus accionistas, pero cuando llegan las crisis y la debacle, entonces sí, es tarea de todos reponer el dinero, soportar la caída, apuntalar la quiebra, regalar nuestro dinero, darlo a fondo perdido a la fuerza por decreto ley de cualquier gobierno infernal, saqueador, corrupto y cómplice de la mafia bancaria y la usura.
Los dineros en los bancos son mal negocio, vamos, que no es una buena idea desde hace algunos años, antes al menos te rentaba algo. Ahora, si no asumes un gran riesgo, incluso el de perderlo todo, no obtienes rendimiento alguno, es preferible adquirir alguna propiedad y alquilarla, que es lo que están haciendo algunas personas que disponían de cierta capacidad monetaria. Ya saben que, supuestamente, por ley, hasta 100.000€ en una cuenta, llegado el momento de la quiebra de tu entidad bancaria, el Gobierno (O sea, todos, respondemos con nuestros impuestos para que los que tengan esa suma no la pierdan). Esto existe para que la gente confíen en los bancos (Juego que hacen los que gobiernan, connivencia con los banqueros, para que la gente no se lleven los dineros a sus casas), ahí no ven mal, los que protestan cuando la ciudadanía pide a los gobiernos que intervengan los precios de los alquileres o el precio abusivo de los productos esenciales, que los gobiernos intervengan una relación privada entre un ciudadano y un banco.
Seguiremos...
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