Alemania da un paso atrás en el cumplimiento de que en 2035 todos los coches que se vendan deban ser eléctricos. Como uno de los países con mayor potencial en construcción de vehículos, defiende seguir fabricando y vendiendo automóviles con motores de combustión interna, sean de gasoil o gasolina, más allá de la fecha comprometida. El problema de la autonomía del coche eléctrico sigue sin estar resuelta en la fabricación masiva a precio más módico, a la que podría acceder el público en general, eso sí, no sin hacer un gran esfuerzo, pues encima de las grandes trabas del coche eléctrico para cargar sus baterías y limitada autonomía, su precio es superior al de los vehículos convencionales, a pesar de contar con bastante menos piezas, vamos, infinitamente menos piezas que los motores de combustión interna.
El parque mundial de vehículos convencionales, les seguiré llamando así a los de gasoil y gasolina, es de miles de millones de unidades, por lo que solo puedo comprender que la imposición a que nos compremos un coche eléctrico es una acción super golosa para ese mercado. Primero nos hacen comprar coches "verdes", y posteriormente nos dirán que el consumo eléctrico se ha disparado, que vamos hacia el caos, pues no habrá energía para todos: uso residencial e industrial, así como para los paseos en vehículos eléctricos. O bien, saldrán con que la menor contaminación que se pretendía para preservar la salud del Planeta con el invento de marketing comercial, no es tal, pues el aumento de generación de energía provoca mucha más contaminación, así como el achatarramiento de los miles de millones de coches anteriores, o que para suministrar más kilovatios, hay que sustituir miles de tendidos eléctricos no aptos para un suministro superior, así que el empleo de millones de metros de cable, provoca la retirada del tendido viejo, la transformación del material plástico de su capa de aislamiento, así como del propio conductor de cobre para usos futuros. Mientras tanto se ha de haber fabricado esos millones de metros de conductores, con su correspondiente lanzamiento de partículas tóxicas a la atmosfera y restos de aguas contaminadas vertidas a las cuencas acuíferas de todo tipo, o contenidas para la posteridad infinita en balsas, que constituyen un riesgo enorme para la humanidad y el Planeta, para cientos de años, si es que alguna vez se llega a filtrar o purificar de algún modo.
Cuando hayan conseguido el objetivo de hacernos cambiar de tecnología automovilística, y ante el fracaso o la inoperatividad de estos coches eléctricos, nos vendrán con el coche de hidrogeno, el coche solar, o quién sabe qué tecnología deben tener guardadas en sus departamentos de investigación, pero que conviene ir sacando progresivamente y lentamente, para provocar diferentes etapas de ventas masivas. El coche eléctrico, tal vez sea un acierto para aquellas personas que solo lo utilicen para ir y venir al trabajo, pero no para un uso generalizado en el que haya que intercalar largos viajes y frecuentes. Y porque aún no es usado masivamente, por el problema de la recarga para todos.
Con la proliferación de instalaciones de energías renovables de todo tipo, sucede algo parecido en lo que no solemos reflexionar. Solo vemos que todos nuestros vecinos han instalado placas sobre los tejados de sus viviendas, que proliferan los parques eólicos o los campos convertidos en huertos solares, pero ahí se están empleando millones de metros de cables. Para ello, se extraen toneladas de material de cobre, se usan millones de litros de agua y se vierten aguas contaminadas con metales pesados, a veces sin el control oportuno, dejando inservibles los caudales de ríos, los lagos próximos, o lo que es peor aún, contaminando las reservas de agua subterráneas de las tierras cercanas a las minas, lanzando, al mismo tiempo toneladas de partículas al aire, impidiendo la vida a su alrededor, matando especies de todo tipo que necesitan beber, y enfermando gravemente a trabajadores de las minas y poblaciones asentadas en zonas próximas a los lugares de extracción. Entiéndase el término próximo, como círculos de varias decenas de kilómetros.
En definitiva, el problema del cambio climático no queda resuelto, y casi ni ayuda que nos obliguen a poner instalaciones de generación de energía por todos lados (negocio redondo para las eléctricas, que venden toda la energía que tú produces y no puedes consumir), ni que solo podamos movernos en vehículos eléctricos. Es muy probable que la industria en general continúe vertiendo millones de toneladas de partículas nocivas y tóxicas al aire, a la tierra y a las aguas. Seguro que el control seguirá siendo débil e insuficiente por la cobardía de los gobernantes mundiales, que sufren la presión de los empresarios y de sus industrias, así como de todos los intervinientes en los mercados, porque lo que a todos esos les importa son sus cuentas de resultados y obtener cada año más y más ganancias. Por otro lado, se sabe que los buenos sistemas de filtración y depuración, son de los apartados más caros en todas las industrias. Eso hace que adquieran equipos que faciliten pasar las revisiones, aunque realmente sean insuficientes para filtrar y depurar adecuadamente, y viertan sin peligro alguno para la vida.
Seguiremos...
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