Irremediablemente debo escribir acerca del papel de sparring que desempeñó ayer el profesor Tamames en el Congreso de los diputados. Sentí vergüenza por todo lo que recibió por parte de los diferentes oradores. Sentí compasión porque representaba a cualquier padre de cualquiera de nosotros, tan mayor, tan vulnerable... Ese hombre no tenía ninguna necesidad de pasar por ese ring de gallos de pelea. Los de VOX tendrían que haber pensado un poco más en ese anciano, y algo menos en su ruido de cara a las elecciones, a las que pretenden llegar diciendo a la gente, veis, somos los únicos que les hemos plantado cara al gobierno indecente.
Yo, que tan poco creo en los políticos no vi todo el desarrollo del acto, solo algunas intervenciones, entre ellas, la que me sigue pareciendo magistral, la de Rufián. Sigue siendo uno de los políticos que más política pone sobre el atril, con una intervención llena de reflexión casi filosófica, profunda, con silencios y cuestiones lanzadas al público, realizados con maestría. Vi solo un poco, pero lo suficiente para observar la descarga artillera contra VOX y su candidato a la presidencia del gobierno. En lo de VOX no entro, que cada cual saque sus castañas del fuego, pero da pena ver a Tamames recibiendo por la izquierda y por la derecha; ya sé que él eligió, o aceptó el encargo y pudo haberse opuesto por motivos de la edad o de su salud, porque estar ahí en esa situación, no ha de ser nada saludable. Quizás su ego requería un minuto más de gloria, visibilidad para vender libros, que se le recuerde, etc. Creo que su intensa y dilatada vida política ya no necesitaba este final.
Cómo habrá dormido la noche pasada sabiendo que se enfrenta a un segundo asalto. Quedan algunos farsantes más por salir al estrado y postularse en esta feria de rebajas de cara a las elecciones. Es una repesca, un escaparate al que todos van a tener la oportunidad de asomarse una vez más, antes de las elecciones. De nuevo convocan elecciones, de nuevo a votar bajo el mandato de una ley injusta que favorece a los partidos grandes, de nuevo unos que sumarán escaños con menor número de votos que otros, por la gracia divina de estar redactado de esa manera. De nuevo despilfarro de dinero público, los partidos van a hacer caja a nuestra costa por el número de votos recibidos, millones para que se lo repartan como se les antojen. De nuevo nos volveremos a enterar, pasados unos años, que tal o cual partido se financió ilegalmente, como sucede en casi todas las convocatorias electorales. De nuevo los juramentos de los cargos para servir a los señores del poder monetario y no a la ciudadanía, más que en los términos que sean autorizados por los de arriba. De nuevo la pantomima de representar al pueblo y de que hay una auténtica democracia. De nuevo nos venderán lo de la independencia de poderes, y las falsas promesas, que todos hacen, de que cuando lleguen van a hacer esto o lo otro, derogar no sé qué, que después no derogan, etc.
Hasta que la ciudadanía esté tan desencantada como para ignorarles de verdad, no sucederá un giro total, y no sé qué más ha de ocurrir para que la gente reaccione. Nos han encerrado, venden los servicios públicos, las empresas estratégicas, regalan nuestros dineros, lo malversan, regalan propiedades del pueblo como hizo Aznar con las inmatriculaciones a la Iglesia. Subvencionan a diestro y siniestro sin nuestro consentimiento. Se ponen los sueldos millonarios que se les antojan y se conceden cuantos privilegios son oportunos. Se van de putas, comen y se emborrachan o drogan con nuestro dinero. Comenten todo tipo de delitos y fechorías sin que la justicia pueda mover un dedo en su contra, debido al control ejercido por el ejecutivo sobre la judicatura. ¿Qué más ha de ocurrir para que dejemos sus urnas vacías?
Seguiremos...
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