Le llamaré vientre de alquiler y no usaré el tecnicismo: Gestación subrogada, porque parece que estamos hablando de una transacción mercantil, que al final es lo que algunos promueven y no solo la compasión de querer dar un hijo a otra familia impedida de concebirlo. Con esto último quiero entender que si una mujer, libremente, sin mediar dinero ni para ella ni para una organización empresarial de ningún orden, desea quedar embarazada para dar un hijo o hija a una pareja que por los motivos que fueren no pueden engendrar al suyo propio, sea lícito. No así en ningún otro caso en el que haya aprovechamiento monetario en algún sentido o dirección. Debiendo existir controles estrictos de vigilancia de las partes para preservar que se trate de una acción altruista y decidida sin ningún tipo de coacciones.
Estamos ante una práctica de ciertas clases altas, que nuevamente fragmenta a la sociedad, y se sirve de espacios no acotados por las leyes para valerse de lo que podríamos determinar tráfico de seres humanos, inmigración ilegal y compra-venta de personas. Acaban de legislar en nuestro país para que no se puedan vender animales de compañía, y no es de recibo que sí se admitan bebés comprados, se les deje entrar en el país y se les inscriba en los registros civiles, dando normalidad tal como si hubiera nacido aquí, de padres conocidos y con situación legal.
Si verdaderamente quisieran hacer valer nuestras leyes al respecto, la familia que realizara una práctica de este tipo, tendría que quedarse a vivir en aquellos países en los que está permitida la contratación de los vientres de alquiler. Siempre que haya mediado dinero para la mujer que ha parido al crío, o para alguna organización empresarial de cualquier índole, la entrada al país debiera no ser posible. De esa forma se estaría haciendo valer nuestra legislación, de lo contrario se es cómplice de la infracción de la misma.
Seguiremos...
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