La noticia del día, dada por la cadena Ser, es la del timo del tocomocho, pero en este caso por lo que parece ser que alguien con influencia y cargo en la Administración Pública, puede haber creado una empresa, tal vez con una señora de testaferro, que desde la absoluta opacidad tanto de la empresa como en la forma en que se le han adjudicado contratos por importes de cuatro millones de euros, ha salido a la palestra de los casos de corrupción de esta tierra, que no iba a ser menos con respecto a la gran corrupción extendida por todo el territorio nacional, por acción y gracia de los políticos, los empresarios y la falta de justicia. La empresa en sí se llama BARVEAL, S.L., resultando ser la empresa a la que más cantidad de dinero se le ha adjudicado en contratos de emergencia por la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía.
A dicha empresa se le han adjudicado más de cuatro millones de euros sin tener oficinas, sin estar en el Registro de licitadores de la Junta, sin acreditar solvencia de ninguna clase, sin experiencia probada en el sector al que iban dirigidas las licitaciones. Es todo un milagro de la divinidad de los cielos en el que tanto cree el PP. Pero hay más, sin tener trabajadores en el momento en el que se le concedieron las adjudicaciones. Sin tener volumen de negocio alguno (parece creada a exprofeso para llevárselo calentito). Con una deuda que arrastraba de 8.000 € y un riesgo de morosidad muy alto. No debemos perder de vista el objeto de las licitaciones, que era la reparación de carreteras por hundimientos y deformaciones de la calzada en la provincia de Cádiz. Y se la adjudican a una empresa cuya actividad, al menos sobre escritos era construir y adecentar locales comerciales, nada que ver con la reparación de carreteras... ¡Todo muy extraño!, y fuera de contexto, pues habiendo decenas de empresas especializadas en el objeto de la licitación se la dan a dedo a una empresa, presuntamente fantasma, en esos momentos, repito, sin oficinas, sin razón social conocida, sin actividad, sin empleados, etc., blanco y en botella. El, o los cargos públicos que intervinieron en esta malvada forma de actuar con el dinero público, ¿harían lo mismo cuando quisieran contratar a una empresa para acometer una reforma en sus viviendas?, ¿contratarían al primo de fulanito, con una empresa fantasma que dijera dedicarse a hacer triciclos, por ejemplo?
En mi opinión, y a la vista de lo que la Cadena Ser ha relatado, aquí nos encontramos nuevamente con un pasteleo, por el que algunos se lo han embolsado crudo. No sabemos si de nuevo ha ido a parar a financiar ilegalmente a un partido, si ha ido parte a las cuentas corrientes de algunos, o mucho más probable por su dudosa procedencia a las cajas fuertes de sus hogares. Lo cierto es que sigue la corrupción política imparable porque no hay ningún miedo a las represalias. Con una ley justa, aplicada en condiciones de igualdad con el resto de la ciudadanía, todos los que hubieran intervenido, no deberían ver más la luz hasta devolver hasta el último céntimo abonado de más en obras de ese tipo si los trabajos se llegaron a realizar adecuadamente, pues en el caso contrario habría que deshacer lo hecho y acometerlo de nuevo, importe que debiera salir de sus bolsillos y de sus patrimonios. Además, por sinvergüenzas y haberse aprovechado de sus cargos públicos, vetados para ocupar un nuevo cargo público, de por vida.
Según La Ser, la empresa sigue ilocalizable, pues en la sede de la razón social hay un piso alquilado por la supuesta administradora única de la empresa, pero sin actividad empresarial alguna. ¡Un marrón! ¿Cuántos timos más vamos a tener que soportar?
Seguiremos...
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