Si ves amanecer, siéntete afortunado/a, has despertado una vez más, has vuelto del rincón oscuro de la inconsciencia, de ese lugar al que cada noche retornamos y donde perdemos el control por completo, al menos del consciente. Otro día más de regalo para cerrar círculos abiertos, para arreglar asuntos no resueltos, para limar asperezas con otras personas, para hacer cosas que tienes pendientes, para enfrentar asuntos a los que tienes miedo, para aprender, para hacer lo que te gusta, lo que te emociona, para seguir sintiéndote vivo/a. Es un día nuevo para crecer, para completarte, para estar despierto, para darse cuenta, para comprender, para amar.
No sabemos qué nos puede deparar el nuevo día, pero por el momento podemos decir convencidos que amanece y estamos vivos. La realidad es que no todos los seres que hay sobre la Tierra lo conseguirán. No todos los que en una hora, al menos en nuestro hemisferio, comenzarán a percibir la claridad del sol que se hace paso en nuestra atmósfera, van a terminar este día, sin pretender ser cenizo, pero es una realidad que sucede todos los días. Hay accidentes imprevistos en el trabajo, en los hogares, en los viajes, y fallos orgánicos por lesiones escondidas o repentinas. Hay acciones delictivas que acaban en asesinatos voluntarios o involuntarios, asaltos con armas, venganzas, o como modernamente le llaman: ajustes de cuenta. Hay genocidio repartido por diferentes zonas del Planeta, a estos les llaman guerras, intervenciones bélicas, y justificaciones imposibles para estos actos de crueldad infinita, en los que se arrancan de sus hogares a millones de personas para que disparen contra otros millones de personas, en iguales circunstancias que los anteriores, por intereses de unos pocos, que nada tiene que ver con los propios intereses de esos millones que son obligados a matarse entre sí.
Cuando amanece, también todos esos criminales, los que mandan, no los obligados a disparar porque los otros te disparan a ti, tienen la oportunidad de ver, de comprender el absurdo de la crueldad que lideran, del horror y dolor que provocan, de la inutilidad del gasto que propician, de la destrucción y la aniquilación irreversibles. Amanecer es tener la oportunidad de rectificar, es dar color y luz a un día que hasta entonces solo tenía tonos grises y negros, ausencia de luz en todos los sentidos. Espero que a todos y todas nos alcance la luz exterior y nos transforme interiormente para el bien de la humanidad, porque unos pocos han convertido la existencia en un tiempo loco, acelerado, de rivalidad injustificada a la que llaman competitividad, por una razón que solo las cuentas bancarias de unos pocos comprenden al llenarse y saturarse de dinero, creo que le llaman capitalismo, con el que programan a las poblaciones en contra de cualquier atisbo de compasión por los demás y deseo de que toda la riqueza sea repartida y redistribuida por igual entre todos los seres humanos. Dicen que es malo, que es comunismo, porque algunos no pueden pasar el día sin poner etiquetas a todo, en lugar de vivir lo que viene y hacer todo el bien que puedan en sus circunstancias.
Para despedirme, ya sabes, aprovecha el día, el nuevo día, haz todo el bien que puedas sin pensar en el que dirán los otros que rápidamente te tacharán de loco o tonto. La vida es hermosa si se encuentra el sentido de vivirla, las ganas para levantarse cada día y sonreír, las ganas de abrazar y amar. Ámate a ti mismo y ama a los demás. Desea para el otro lo que deseas para ti. Respeta a los demás y que te importe lo que le pueda suceder al otro. ¡Te auguro un magnifico día!
Seguiremos...
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