En todo lo público hay una falta de control tremenda, que es lo que da lugar a baja productividad, a despilfarro del dinero público, o al deterioro de los servicios públicos en favor de lo privado; en esto último media la cantidad de intereses y comisiones que van a parar a la financiación ilegal de partidos y a carteras particulares de distinguidos cargos públicos que hacen como que velan por lo que es de todos.
Este escrito lo ha propiciado una noticia, una vez más, de la queja de los médicos porque falta personal, hay máquinas en hospitales y centros de salud paradas por falta de sanitarios que las puedan atender en favor de la salud de la ciudadanía. Esa falta de personal, los políticos lo suplen con un negocio paralelo llevado a cabo con las empresas de sanidad privada, por los intereses expresados y todos aquellos que todos podemos presuponer.
Tenemos en nómina de las arcas públicas a una cantidad indecente de políticos, funcionarios y demás libadores de lo público que se llevan lo suyo con un desprecio total por lo que es de todos, sin velar por su conservación y mejora, e importándoles un huevo que todo se venga a bajo mientras ellos y los suyos cada día vivan mejor. ¿Quién controla que la función pública rinda lo que debe para el nivel de contratados existentes y la nómina que se abona? ¿Quién hace lo mismo con los políticos y su deficiente legislación para evitar la ruina del país y la quiebra de todos los servicios públicos? ¿Quién presiona a los cargos públicos de jefatura en empresas de la Administración Pública, para que además de llevarse el salario de jefe actúe como tal y controle la labor del personal a su cargo, su productividad y la seriedad en el cumplimiento de objetivos, horarios, etc.?
Lo público, según las noticias, da pena, y cada día más, nunca hay personal suficiente para garantizar el cometido del sector que se trate, pero vemos que todos los que ocupan puestos relevantes salen ricos y con bastante más patrimonio que cuando llegaron a la función pública. El presidente de la Junta de Andalucía, sin ningún estudio que lo avale según ha trascendido, ya va por seis u ocho pisos y algunos locales, es solo un ejemplo de lo que sucede cuando llevas varios años en algún cargo... ¡esto no le sucede a ningún trabajador corriente! ¿Hay alguien controlando el enriquecimiento de "nuestros empleados"?, y ¿quién les controla a los que tuvieran que controlar? Es un país de indecentes, de golfos, de delincuentes, de mafiosos y de gente corrupta, que se justifica con decir que va en la esencia del ser humano, o que desde que hay conocimiento de la historia del hombre, hemos sido así. Hay una cosa que se llama educación, vergüenza y valores, que haría mucho bien de aplicárnosla todos. Hay otra cosa que se llama evolución, aunque ya es fácil deducir que muchos siguen en la prehistoria al ver cómo se comportan. Y, por supuesto, cantidad de gente sigue instalada en los años de los gánsteres y de la ley seca para la ciudadanía, que ya ellos, los políticos y demás cargos públicos, beben cuanto quieren en la trastienda.
Seguiremos...
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