martes, 24 de octubre de 2023

SEQUÍAS PERIÓDICAS

 


    En estas semanas ando enfrascado en unos libros de Juan Eslava Galán, ya he leído Los años del miedo, que se desarrolla en la posguerra y me llamó la atención que mencionaba la gran sequía que se sufrió en toda España entre los años 1944 y 1946. Hasta el final del libro he tenido esa información dando vueltas en la cabeza, porque corrobora mi sospecha de que los periodos de sequía han sido a lo largo de la historia algo cíclico. Así que una vez leído ese volumen he buscado algo de información en Internet y me ha  corroborado mis sospechas, por ejemplo en la web www.wwf.es refieren varias etapas de sequías: La más antigua de la que se tiene información escrita, indica es la acontecida entre los años 1749 y 1753 que afectó a la mitad septentrional de España, llegando a secar el río Tormes. Después menciona a la que el libro antes citado hacía referencia, entre los años 1944 y 1946, durante la misma, el río Ebro llegó a perder casi la totalidad de su caudal y el río Manzanares desapareció completamente, llegando a bajar el nivel de los embalses hasta el 14%. De nuevo otra sequía entre los años 1979 y 1983 que afectó en esta ocasión sobre todo al este de España y se aplicaron cortes de agua en muchas ciudades. A principios de los 90's sufrimos otra gran sequía, concretamente entre los años 1991 y 1995, los embalses quedaron al 15% y se volvieron a aplicar cortes de agua. Hubo otra gran sequía que duró cuatro años, de 2005 a 2009, llegando a secarse completamente el gran humedal de casi 2000 ha de Parque Nacional, llamado Las Tablas de Daimiel. En el año 2017 volvieron a saltar las alarmas ante las escasas lluvias, y llevamos algunos años con pocas precipitaciones y altas temperaturas, lo cual no mejora mucho la situación de nuestros embalses. 

    Lo expresado nos debe hacer ver que la climatología es cíclica, que sequías ha habido desde hace años, que no es nuevo, y tal vez tampoco una repercusión directa de los gases expulsados por los vehículos de combustión interna, porque en los periodos indicados anteriormente: 1749 a 1753, o entre 1944 a 1946, ya me dirán cuántos coches circulaban, una ínfima parte de lo que lo hacen hoy en el mundo. Pero los buscadores del negocio a cualquier precio lo aprovechan todo para vender sus productos, para propiciar beneficios con la alarma social, para subir precios y tarifas por la cara y con la justificación que les viene en ganas. Suben el precio de la electricidad y nos invitan a consumir placas solares porque van a abaratar la factura de la luz y va a evitar generar electricidad con medios más contaminantes, pero a las empresas les dejan que salga por sus chimeneas todos los gases y partículas necesarias para que fabriquen y ganen mucho dinero. Les permiten hacer vertidos al mar, a los ríos, a la tierra. Dejan que entierren restos radioactivos, solo tienen que pagar algo por contaminar y en paz. El caso es que nos quieren vender lo que deseen sus bolsillos y cuentas corrientes. Ahora llevan unos años queriendo programarnos para que todos cambiemos nuestros vehículos por otros que se muevan con electricidad. Ya hay quien ha levantado la voz para advertir que no hay materiales suficientes para fabricar todos los millones de baterías necesarias para convertir todo el parque automovilístico mundial en vehículos eléctricos.

    Además, los políticos tienen la poca vergüenza de legislar a las ordenes de los empresarios, en este caso de constructores de coches y de suministradores eléctricos y combustibles, para que prevalezca lo que quieren y hacia dónde nos quieren llevar.

    Seguiremos...

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