Es evidente que como las guerras siempre son impulsadas por una minoría y los que la emprenden lo saben, nunca será motivo de un referéndum, de una consulta al resto de las poblaciones. Saben que todos lo que pretendemos es vivir en paz, ser felices, tener lo suficiente para cubrir nuestras necesidades y poder darnos algún que otro caprichito, etc., pero en el ideario popular no se halla el lanzar pasados hierros explosivos contra otros para matarles o destruir ciudades, eso queda para los bárbaros con o sin razón, puesto que todo se podría llevar a una mesa y debatir hasta llegar a cualquier acuerdo, el que sea, menos aniquilarse mutuamente.
Una vez más, lo que hago es poner en evidencia a todos esos que se jactan de llamarse a sí mismos demócratas y no lo son. Jamás someterán a votación de la ciudadanía si queremos entrar en guerra, bombardear a nuestros vecinos, matar inocentes (víctimas colaterales), dedicar dinero público a sus batallitas y a enriquecer a los fabricantes de armas. Eso jamás lo harán por muy demócratas que digan que son, es mentira, solo hay democracia de palabra y no de hecho, todo lo que realmente es crucial no se le da a la población alguna oportunidad de decidir al respecto; los dictadores que nos gobiernan se las pintan solo para decidir por todos nosotros, aunque con ello nos estén acercando al borde del abismo. Ellos pertenecen al club de avaros crueles que poco o nada valoran la vida de los demás, y son tan egoístas que pareciere viven solos en el mundo.
Todas las guerras son promovidas por intereses de esa minoría gobernante de los países, recursos existentes en las zonas invadidas, salida al mar para facilitar su comercio, posición considerada estratégica, rivalidad religiosa, rivalidad económica u odio ancestral. Ninguna guerra es compatible con la era digital y tecnológica en la que nos encontramos, pues todos esos adelantos e investigaciones debieran ser aprovechados en beneficio de toda la humanidad, en lugar de utilizarlos para destruir y matar. Una vez más clamaré en este desierto, pediré de nuevo que todos los países del mundo acuerden desarmarse, que todos los ciudadanos del mundo se deshagan de sus armas, que las fábricas de armamento se reconviertan en otro tipo de industria, que fabriquen otros productos más útiles y menos dañinos que las armas. Es soñar despierto, lo sé, pero solo puedo vocear aquello que sale de mi interior, es absurdo seguir por el camino emprendido, esto es troglodita y no debe ser comparado o justificado con lo que siempre ha sucedido, o porque el hombre desde que vive en la Tierra ha sido así. No somos el hombre de las cavernas, ¿o sí? Hemos evolucionado, muchos lo hemos hecho, creo yo. Muchos no nos permitimos ese grado de maldad y desconsideración hacia nuestro prójimo. La guerra, como dicen muchos, es un fracaso de nuestras relaciones, es un fracaso en cuanto a la falta de comunicación y entendimiento. Sobre todo indica que a algunos, unos pocos, los que conforman esa minoría agresiva, peligrosa y asesina, que hay en el mundo, cuando proyecta atacar y bombardear una zona del Planeta, demuestra que las vidas de los demás no tiene valor alguno para ellos. Esos seres siguen en la involución más absoluta, sean del país que sean y tengan el color de piel que tengan.
Seguiremos...
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