En el tema de las drogas siempre me he preguntado cómo es posible que no se llegue nunca a controlar, por qué sigue entrando, cómo es el nivel de corrupción necesario en las autoridades para que circulen tan libremente e inunden las poblaciones. La droga entra todos los días, se mueve todos los días, y si no fuera por accidentes como el sucedido en la A-4, entre Sevilla y Carmona, hace un par de días, pasaría inadvertido que una furgoneta esté trasladando fardos de droga tan tranquilamente. En ese caso, parece que los cuerpos de seguridad ya estaban avisados y le perseguían, lo que hizo que tomara una salida equivocada y viniera a parar a la A-4 en dirección contraria, como si fuese un vulgar kamikaze y se estrelló frontalmente contra una furgoneta de una firma de reparto de mercancías.
Al hilo de lo dicho, y debido a que durante un tiempo trabajé en un polígono cercano a un barrio complicado de Sevilla por ser comercio de la droga, las tres mil viviendas, y en mis idas y venidas podía observar el tráfico que entraba y salía del citado barrio, coches de alta gama, casi siempre conducidos por personas jóvenes, que de algún modo "chocaba"... ¡Qué dinero se debía manejar para pasearse en esos autos! Recuerdo que siempre me abordaba el mismo pensamiento: Si los cuerpos de seguridad coordinaran con la Jefatura de Tráfico, Hacienda y con Seguridad Social, podrían cruzar sus datos y comprobar sobre la marcha: Quiénes son los propietarios, a qué se dedican profesionalmente, cuáles son sus ingresos y, vigilarles de cerca, porque algo no huele bien en ese coctel.
Desde hace años en la prensa se han publicados noticias de miembros de los cuerpos se seguridad que han sido sobornados, untados por los narcos para que dejen pasar la droga, en los puertos, en las playas, en las ciudades. ¿Ninguno de esos policías o guardias civiles ha cantado, ninguno ha destapado a los autores que les sobornaban? No es creíble, tiene que haber otros intereses que se nos escapan, para que llevemos toda una vida detrás del tráfico de drogas, y no haya forma humana de acabar con ello. Aparte de las medidas contra la delincuencia, habría que haber empleado la cabeza, que dejen tener unas plantas para el consumo propio, que las legalicen, como el que tiene dos plantas de tomate, al menos de las drogas blandas; y que persigan a tope las drogas manipuladas o confeccionadas en laboratorio. Drogas que no existan en estado natural y que requieran de un proceso de transformación para ser consumidas, que además se saben son las más perjudiciales, las que provocan tal adicción que anula a las personas, solo viven para consumir su dosis diaria; y por ello incurren en toda clase de delitos de robo.
La gente, sea civil o pertenezca a los cuerpos de seguridad, cuando está vinculada al mundo de la droga experimenta una salud económica, que no está de acuerdo a su estatus laboral. Siempre hay detalles, y a casi todos les da por los coches de alta gama como signo de poder externo. Casi todos incurren en lo mismo, tienen la necesidad de fardar ante los demás, adquieren coches impropios para su edad, su situación laboral, su forma de vestir, lugar donde viven o su imagen en general. Un trabajo serio y a fondo, continuado en el tiempo, acerca de ese cruce de datos entre diversas secciones de la Administración Pública, tiene que dar sus frutos. Con las narco lanchas sucede lo mismo, ¿Quién las vende y a quién? ¿Quién ha comprado motores de barco tan potentes? Una narco lancha es un formula uno del mar, no todos pueden circular con ese tipo de embarcación, o sea, que más bien debieran estar prohibidas para uso de recreo. En los puertos, en las playas, en los barrios conflictivos, no es que deba ir la policía cuando algo sucede, sino que debieran ser transitados día y noche por patrullas de los cuerpos de seguridad para evitar el tráfico de drogas.
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario