Ante la disputa siempre de si se acoge, se devuelve en caliente y todas estas formas o tecnicismos del derecho y los acuerdos nacionales o internacionales, me voy a hacer una consulta en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, acerca de lo que hace falta para entrar en España de un modo legal y enumera los siguientes puntos o condiciones:
- Realizar la entrada por puestos habilitados.
- Acreditar la identidad con los documento de viaje válido y en vigor.
- Estar en posesión del visado correspondiente cuando sea necesario.
- Probar las condiciones de estancia prevista y la disponibilidad de medios económicos.
La ley existe, la manera de venir a España de un modo legal, también, como a todas las partes del mundo, ¿cuál es el problema que tanta discordia plantea? ¿Por qué todos, o muchos, con el buenismo característico, quieren que no se respete la ley vigente? Hay que ser sensato, hay que distinguir cuándo tenemos frente a nosotros a personas amenazadas en sus países de origen y requieren ser acogidos para salvar sus vidas, y cuándo viajan huyendo de la pobreza de sus países, y solo buscan mejorar su calidad de vida. Eso también lo queremos constantemente todos los ciudadanos españoles, nos gustaría ganar más dinero o cambiar de trabajo para alcanzarlo, pero la realidad es que nos aguantamos porque no sobra el trabajo, no hay pleno empleo, no hay los suficientes puestos de trabajo para sofocar la cifra de desempleo actual del pueblo español, cómo se puede acoger en esas condiciones a personas que entren indiscriminadamente de otras zonas del Planeta. Acoger personas para hacinarlas en centros de concentración, en CIEs (Centros de internamientos para extranjeros), no tiene ningún sentido, ni ayuda a que llegue el día que en sus países de origen se den soluciones al problema, pero si salir miles de personas no les solventara el conflicto laboral y económico a los dictadores y gobernantes de sus países de origen, porque todos fueran devueltos, tendrían que poner solución o se los comerían.
Somos víctimas de una clase política que, en las altas instancias, actúa al margen del bienestar de la gente y del progreso del país, solo por intereses propios y de sus organizaciones, con el único objetivo de perpetuarse en el poder, al tiempo que nos dividen y nos enfrentan, tenemos la obligación de despertar de este mal sueño. Cansa mucho la falta de rigor de los personajes que gobiernan y han gobernado este país, entre todos han implantado un sistema amañado, mafioso y corrupto, que crea enfrentamientos estériles, que desgasta y que sigue ignorando a la ciudadanía. La clase política solo se apresura a cambiar las normas cuando es ella la que obtendrá los beneficios, o cuando así se lo exigen los inversores y demás potencias económicas, como hicieron con el correspondiente artículo de la Constitución para priorizar el pago de la deuda antes que pagar servicios públicos, ayudas a personas dependientes o necesitadas, etc. No gastemos ni un solo gramo de nuestra energía para defender a ninguno de los que conforman esa clase política tan falsa. La clase política quiere seguir en el poder a cualquier precio, incluso indultando a los que nos han robado. Indultan e influyen en la justicia para borrar los registros de los hechos acontecidos y que tanto nos perjudicaron, manipulan todo el tiempo. Cómo se puede creer en aquellos que no sabiendo gestionar nos han hipotecado las vidas, las nuestras y la de las generaciones venideras. Esa clase de inútiles vive por encima de nuestras posibilidades, aumentando continuamente el montante de la deuda pública y sus intereses.
Lo dejamos aquí, porque con estos farsantes me caliento y empezaría a subir el tono.
Seguiremos...
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