EL PLACER DE RELACIONARSE

Es un placer escribir, deslizarse en el papel, empezar a surfear el día mientras muchos duermen. Saber que te puedes comunicar con otros, que de alguna forma se entabla una relación con otras personas. Contar con la libertad de expresarte mientras tecleas. Este acto sencillo, que cualquiera puede hacerlo es maravilloso.

Las nuevas tecnologías nos ofrecen oportunidades de comunicación, que de otra manera serían inalcanzables. Podemos conocer a alguien de la otra punta del globo, con tan solo hacer uso de cualquiera de las redes sociales existentes en Internet. Este es un acto cada vez más cotidiano, con el que estamos más familiarizados cada día, y que va dejando de ser asombroso. Sin embargo, ha debido de ser, supongo, tan complejo en su aspecto tecnológico, y que fuera el proyecto u objetivo de alguien que apostó por esto, que seguro le dedicó infinidad de horas de trabajo, etc.

¿No creéis que alguien pensara en estas tecnologías, cuando no existía, tuvo que ser extraordinario?, que alguien apostara por esto como target en su vida para que todos lo usáramos, facilitándonos las relaciones, es simplemente sorprendente. Al menos, a mí así me lo parece, y estoy agradecido por ello.

Y después de esta entradilla en honor al avance técnico y a sus inventores, propulsores, etc., se me ocurre la segunda parte; que no puede ser otra que es el uso que hagamos de esta oportunidad de puertas abiertas a la comunicación, a la interrelación, al conocimiento, a la facilidad de las transacciones, al compartir información, imágenes, etc. Como todo en la vida, puede ser bueno o malo en función del manejo, y no porque tenga carácter de un signo u otro en su concepción.

Siguiendo con lo referido en el párrafo anterior, se entiende que sentarse al ordenador, e introducirse en una de las redes sociales existentes, para compartir pornografía infantil es depravante, o hacerlo para tratar de entablar una amistad con la intención delictiva de raptar o violar a alguien, es sencillamente de cabezas enfermizas. Por el contrario, las redes sociales nos dan la oportunidad de encontrar personas con las que algún día tuvimos amistad, pero por las circunstancias que fueren se enfriaron, y ahora podemos reanudar aquella amistad perdida. Nos facilita también compartir, comprar, conocer, enamorarnos, quedar, reunirnos, y un largo etc. Todas, acciones loables, que nos facilitan las tareas, que nos alegran, nos distraen si es esto lo que se busca, y por supuesto desde el mayor respeto a los demás.

Hoy ya es 2013 y aprovecho para desear a todos que vuestros sueños se hagan realidad, pero ya sabéis no olvidéis apostar por ellos, trabajar en esa dirección cuanto podáis, que nada ni nadie os aparte de vuestros sueños. Así que este sea el año en que hagamos diana.

Si entráis en las redes allí nos vemos, compartid cuanto queráis, que necesitáis ayuda, pedidla, que queréis dadla, la ofrecéis; que sólo queréis conocer gente, pues allí estamos. Que alguien tiene un proyecto colectivo que se atreva con él, si la vida es como digo: surfear en ella. No te olvides de vivirla, ¿vale? FELIZ AÑO.