miércoles, 6 de febrero de 2013

INDIGNADOS A LA FUERZA


Estar indignado no es un sentir sino una obligación, de cada uno de los ciudadanos, en los tiempos que corren. Cómo podemos tolerar, soportar y contribuir con nuestro esfuerzo y nuestro dinero, a la estabilización de una situación económica y laboral tan catastrófica, en la que llevamos años participando como simples peones del ajedrez. Situación, por cierto, que han provocado las acciones delictivas de los que, mirando para si mismo e importándoles un pimiento el resto de los ciudadanos, pensaban en sus ganancias e intereses propios. Miraban hacia paraísos fiscales, buscaban jubilaciones sin haber trabajado, se sometían a las políticas de redistribución industrial dictadas por Europa, recalificaban terrenos para apoyar la burbuja inmobiliaria a cambio de ingentes cantidades de dinero que se han debido de llevar sin pensar en repercusiones a la población, ¿dónde estaban los economistas para avisar de la catástrofe que se avecinaba?, ¿y los gobiernos a que se dedicaban, además de llevárselo calentito?, ¿y nosotros que hacíamos, además de vivir pasivamente todo aquello que nos van poniendo por delante?.
La estrategia de la picaresca económica-industrial de nuestro país ha pasado desde hace muchos años por acondicionar el escenario, sea bueno o malo para nosotros, provoque la situación futura que provoque, para recibir el máximo de ayudas monetarias procedentes de Europa. Cuando se han dado cuenta de las repercusiones de vivir de las subvenciones, sin crear un plan de desarrollo industrial y económico del país, se jactan de culpar a los empresarios porque han vivido los últimos años de las subvenciones, y no han sabido crecer.
Por qué no se miran los gobiernos, y despiertan de una vez por todas, por qué no se hacen ellos responsables de la catástrofe en las que han metido al país, pues son ellos los que tienen poder para llevar las riendas, nosotros somos hormigas obreras, hacemos nuestro trabajo, cobramos nuestro efímero salario, y vamos tirando, en muchos casos justitos. Somos nosotros los que no nos beneficiamos de comisiones de ninguna clase, somos los que tenemos que soportar día a día las presiones del peligrar del puesto de trabajo, somos los que vemos que la tendencia de las reformas laborales nos afectan, haciendo retroceder nuestros derechos adquiridos mediante la lucha de muchos años, cuando los sindicatos eran entes protectores de los derechos de los trabajadores, y luchaban abiertamente contra la tiranía de ciertos empresarios. Sin embargo, en la actualidad no existe esa figura defensora porque está comprada por los gobiernos, y será así mientras vivan de las aportaciones del gobierno. Serán meras figuras que salen en televisión haciendo alguna declaración, que posteriormente se la tienen que envainar, porque tienen un patrón que es el Gobierno.
Los trabajadores estamos en un bote sin remos, navegando a la deriva del pensamiento más “brillante”, que se le ocurra, generalmente al presidente del Banco de España, o al presidente de los empresarios. A lo que decidan estos señores, se le añade lo que decida el BCE, el FMI, y si aún quedan algunos flecos que nos vaya a favorecer, entonces aparecen para recortarlos en pro de la salida de la crisis, el ministro de trabajo, Ángela y Sarkozy.
¿Es para estar indignado?, algo habrá que hacer, tendremos que reaccionar de alguna manera, tendremos que pedir la cárcel para los mangantes, tendremos que pedir la devolución de lo robado, habrá que mandar al paro a estos indeseables que no sufren la crisis pero que si han contribuido a que exista, y que son amiguetes de todos los que están jugando con las vidas de los ciudadanos.

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