Como no hay suficiente con tener maniatada a la justicia, ahora van a por la malversación, o sea, despenalización, en la medida de lo posible, del mal uso del dinero público. Con ello contentan a unos, indultan a otros y ofenden al conjunto de la ciudadanía decente, pero qué más les da, si ellos son los dueños del cortijo porque sus leyes les da derecho para eso y para más.
El Gobierno tiene una exigencia de los partidos catalanes con ideología independentista de hacer una modificación de la ley que penaliza tal delito, al menos es lo que nos hacen saber por los medios de desinformación y manipulación masivos. Yo digo, que lo que deben hacer es someter a referéndum si la población catalana considera o no que el uso hecho del dinero público para tal o cual concepto, que deben explicar adecuadamente a los catalanes, es malversación o no, y ya con eso se evita el Gobierno ser el hazme reír de nadie o la marioneta de algún partido. Observen que no digo nada en contra de las ideas independentistas, pues considero desde siempre que están en su derecho de pensar y sentir como sienten, que son ellos los catalanes los que tendrían que votar si quieren ser independientes o no, como medida democrática.
El gobierno, por otro lado, tiene el compromiso de salvar al soldado Griñán, y le viene estupendamente rebajar la pena hasta que su soldado quede libre de la pena de prisión que ya debiera estar cumpliendo si existiera justicia en este país, pero bueno si la hay tiene más velocidades que un coche; le dieron diez días para entrar en prisión, pero la elude como el que pasa de ir a una reunión de comunidad. El gobierno tiene esa espinita clavada, aunque los españoles, y muy especialmente los andaluces, no olvidamos que el dinero destinado a vicios y no empleado en asuntos públicos para el bien de la población, así como no recuperado por la santa gracia de las malditas leyes deficientes de nuestros gobernantes y políticos en su gran mayoría, permitan robar el dinero público, y ahora también pretendan dejarlo sin castigo o con el menor posible. Cuando esto sea así, los mandos con poder y gran afición por lo que no es suyo sino de todos, qué van a hacer, cuánto nos van a atracar, con qué frecuencia lo harán. Esto será un escándalo, y si ahora casi ninguno es condenado, con la rebaja que apliquen, esto será una juerga para algunos y una pobreza mayor para el pueblo.
El ejercito de enchufados que forma el Tribunal de Cuentas es de inutilidad absoluta, roban en su cara como fue el caso de los EREs, y no advierten a tiempo que están robando, que se gastan el dinero público en drogas, puticlubs, discotecas, comilonas o en pagar a empresas para que incluyan falsos trabajadores que se jubilaban sin cumplir ninguno de los requisitos necesarios. ¿Tampoco revisaba esas condiciones la Seguridad Social y demás autoridades laborales? ¿Todo está tan podrido, de verdad? Recuerdo a un conseguidor, creo de UGT, no quiero equivocarme, que dijo que tenía tantos billetes como para asar una vaca. ¿Tampoco a ese se le ha exigido que devuelva el dinero que se vanagloriaba haber conseguido negociando con las empresas la alteración de las listas de supuestos trabajadores suyos que se acogían a esa forma de jubilarse tan genuina? Entre mangantes anda el juego.
Seguiremos...
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