Hay varios asuntos que como siempre van en la dirección de la compra de votos, o sea, podemos decir que son las medidas electoralistas del gobierno. El Gobierno sigue haciendo equilibrios entre precios, valor final de la compra y dinero que no suelta directamente la ciudadanía, pero que de igual modo nos cobran vía impuestos o, bien, dinero que se deja de recaudar para pagar servicios públicos; es así la cruda realidad, aunque publiciten la aparente lucha del ejecutivo por hacernos la vida más llevadera. Primero fueron los veinte céntimos arrimados a los expendedores de combustibles, no los pagamos de la cartera en el momento de repostar, pero ya se encargaba el Gobierno de sacarlo del dinero preparado para abonar otros servicios de utilidad general y pública, para contentar el alza de precios con que las gasolineras, aprovechando la guerra y demás circunstancias que todavía no nos habían afectado, deseaban hacer su agosto. A estos se sumaron el resto de industrias y comercios, todos se han aprovechado de las aguas revueltas para convertirlo en mayores beneficios: el precio de los combustibles se dispararon, el de la luz, el gas, los alimentos, todo, todo, menos las nóminas y las pensiones; la inflación estaba servida con la gran pérdida de poder adquisitivo de la población frente al abuso y la usura del mercado. Todo ello visto con pasividad por un gobierno cobarde, incapaz de aplicar la ley, pues el Art. 128 de la Constitución le amparaba para intervenir a esas empresas abusivas por el bien general de la ciudadanía española.
Ahora vuelve a salir con otra medida electoralista: eliminar el IVA de los alimentos necesarios o básicos, que ya era super reducido, por lo que significará poco en la cesta de la compra, pero regala los oídos de los más sordos y dará un cheque, no me quedó claro si de doscientos o trescientos euros para que les voten; de nuevo, por no intervenir precios abusivos que no se correspondan con los márgenes sensatos y razonables de las empresas, sino más bien con su avaricioso proceder. Con la bajada o anulación de IVA, lo que sucederá es que se recaudará menos dinero que debiera de ir destinado a servicios públicos, siempre la ciudadanía paga todas las repercusiones. A las empresas todas estas medidas no les afectan, sino que continuarán ganando más, produciendo mayores beneficios por la exageración de sus precios y, tal vez, por un incremento en ventas debido a esa insignificante bajada de impuesto que no de sus precios. Lo privado no tiene cabida en nuestra sociedad, y en ninguna sociedad que debiera obrar unida para conseguir su bienestar, y no dedicada a trabajar para otros y enriquecerlos. El esfuerzo de la sociedad debe ser para obtener lo necesario para que todos vivamos bien, no para que algunos se estén beneficiando de ese esfuerzo colectivo.
Para terminar, apartándome un poco del tema central, me ha parecido oír en la radio que el Gobierno en una muestra de constitucionalismo ha aceptado los candidatos presentados por los conservadores y ha dado lugar al desbloqueo del TC. La noticia seguía diciendo que ahora el Gobierno esperaba que la oposición desbloqueara el CGPJ. O sea, si no entendí mal, ambos mantenían el bloqueo de la judicatura de un modo u otro, y ambos andaban públicamente echándose la culpa de tener la justicia maniatada. Ahora sabemos que ambos mentían y que la responsabilidad de que no funcionase ni vaya a funcionar la justicia dependía y depende del bipartidismo mafioso y corrupto que mantenemos por obligación de sus leyes, las mismas que les agasaja de privilegios, dietas, comisiones en cuanto pueden y sueldos de envidia, como herencia del régimen franquista, que ninguno de los dos partidos tienen la vergüenza de anular o modificar.
Seguiremos...
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