La historia de la vida del bipartidismo está ahí para ser vista, leída y juzgada, pues tampoco está cerrada sino cerrada en falso, con apaños judiciales, llena de impunidad, de robo a la ciudadanía, y aquí no ha pasado nada; las mentes de las gentes engañadas, olvidan, y como corderillos no apartan los ojos de aquellos que les robaron. Ese es el nivel de aprendizaje de algunos, ese es el grado de comprensión de muchos, esa es la señal de que pensar por sí mismos es un déficit notorio y palpable. Ambas organizaciones políticas, PSOE y PP, han sido en este país, como se les suele llamar últimamente, organizaciones criminales totalmente involucradas en la corrupción, que nos han costado miles de millones de euros, una cantidad incalculable de dinero por la opacidad con la que han actuado y la opacidad con la que se les ha investigado, dado a conocer los resultados y, peor aún, procesados o juzgados. Esa justicia maniatada tanto por los del PSOE como por los del PP, ha prevalecido sobre la verdad, ha intervenido para aliviar a los delincuentes que han albergado ambas organizaciones criminales, han colaborado para que el latrocinio constante sobre el dinero público perdurara y beneficiara a ambos partidos, a sus dirigentes, a sus gobernantes, a sus militantes, y diera lugar a campañas electorales adulteradas, a que ambos partidos se presentaran dopados y con ventajas impensables para otras pequeñas formaciones políticas.
No entiendo cómo la gente olvida tan pronto y se dejan la piel en la defensa de partidos que debieron ser ilegalizados, inhabilitados para representar a la ciudadanía o parte de ella, para gobernar, para tener competencias en lo público, a lo que tanto PSOE como PP han permitido que pase a manos privadas, en ese proceso que tanto gusta y beneficia a los políticos con poder, la privatización. De haber habido justicia en este país, ambos partidos estarían fuera del candelero político español, y sus líderes, ministros, asesores y demás intervinientes en la gobernabilidad del país, durante unos años u otros, estarían sacando brillo a los barrotes de sus celdas. Y más importante que mantenerles encerrados hubiera sido, y todavía debiera ser, que los condenados por robo de lo público, corrupción, desvíos injustificados de dinero y malversación, recobren la libertad al final de sus condenas, siempre que hubieran devuelto el total de la cantidad robada, distraída o malversada.
Estamos hablando de algo muy importante, de hechos que han privado a la población española de beneficiarse de un mejor nivel de servicios públicos, de mejores atenciones, de ayudas necesarias para personas sin recursos, sin trabajo, sin estudios, sin profesiones. Se han fundido el futuro de miles o millones de personas. Se han fundido cientos o miles de equipos médicos que pudieran estar haciendo posible una mejor atención sanitaria. Se han fundido miles de puestos de trabajo de personal sanitario, maestros, centros escolares en lugar de pagar a sus amigos plazas concertadas en escuelas privadas. Se han fundido ayudas en becas, ayudas para cursos de formación para parados, y un largo etc., pues para el lado que quieran mirar encontrarán servicios a los que pudieron llegar millones y a lo mejor tan solo les llegó cientos de miles de euros, porque el resto fue robado por los equipos que gobernaban. Es así de crudo y de real como lo demuestran los cientos de casos de corrupción que han perpetrado ambas organizaciones criminales. ¿Verdad que cada vez se entiende menos como PSOE y PP pueden seguir al frente de la política española? ¿La gente aprueba estas infames prácticas? ¿Qué necesita la gente para reaccionar y arrinconar a los que la justicia, convertida en injusticia, permite pululen por las Instituciones como si fuera gente decente?
Seguiremos...
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