Vuelvo sobre este tema de la reconversión del sistema carcelario español, porque aprecio que tal como está gestionado casi nunca, o nunca, se hace justicia. Por un lado en las leyes falta la coletilla al final de las sentencias: "recobrará la libertad si hubo cancelado el importe total a resarcir a la víctima o víctimas". Por otro lado, me pregunto: Cómo van a poder generar el suficiente dinero para hacerlo si la reclusión de libertad en un centro carcelario no posibilita que el reo trabaje y obtenga unos ingresos. Así llego a la conclusión que las cárceles españolas se deben convertir en centros de trabajo, en factorías de algún producto necesario para la sociedad, donde todos los presos tengan un horario normalizado de trabajo y un sueldo acorde con el que se obtendría trabajando en cualquier empresa fuera del ámbito carcelario.
De ese salario se tendrían que hacer tres partes, una de ellas para la propia manutención del reo, otra para hacerla llegar a su familia directa si depende de esa persona, y una tercera para ir cancelando la deuda con las víctimas y la sociedad, según a quien hubiera dañado al perpetrar su delito por el que fue encerrado. Y lo dicho anteriormente, el reo solo puede obtener la libertad cuando haya cancelado su deuda. De esta forma se hará justicia, y se evitará que haya malhechores que roben para aprovecharse del dinero sustraído, pues tendrán que devolverlo íntegramente para lograr su libertad al final de la condena. Esto se debe llevar a rajatabla sin permisos, sin beneficios penitenciarios, sin maltratos, sin explotación, con respeto, todo el que ellos no han tenido para con sus víctimas, pero sin remisiones de condenas.
Además de conseguir que se haga justicia y que no le sirva para nada apropiarse de lo que no es suyo, se reinserta al preso manteniéndole en activo, aprendiendo un oficio mientras desempeña una función en una organización de trabajo, al tiempo que elaboran productos necesarios para la sociedad. Por otro lado, nos ahorramos como sociedad la manutención de unas personas que están ahí por sus actos, como únicos responsables de lo que hacen y que no nos debe costar el dinero al resto de los españoles. Lo que no entiendo es cómo con la cantidad de estudios universitarios acumulados en los gobiernos, en los escaños de los parlamentos, o entre sus asesores, nadie articule un sistema carcelario viable y útil para la sociedad, pues solo la frase de "Se procura la reinserción social de los presos", no es suficiente. La mayoría no deja de ser un delincuente por haber pasado un tiempo en la cárcel, reinciden una y otra vez, de ahí las cincuenta o setenta detenciones que acumulan muchos, según nos informa la prensa, por ejemplo.
A los gobiernos les falta implicación social, meterse en los problemas a fondo y buscar soluciones de sentido común que vaya a favor de la ciudadanía decente y trabajadora. Dejar a un sector de población abandonado y en la cola del vagón, solo da problemas al resto de los ciudadanos. El principio de la educación, la formación y la consecución de un trabajo, son esenciales para marchar bien y crear los mínimos problemas al resto de las personas. Es ahí donde debe fortalecer sus medidas los gobiernos para evitar gente que viva de rebuscar en contenedores de basura, en cubas de obra, pasando drogas, atracando, etc. Todos debemos tener la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo, y para ello los gobiernos tienen que hacer todo lo posible, dar las mejores condiciones a los empresarios para alcanzarlo, y si aún dándoles las mejores condiciones no lo hacen; los Gobiernos tienen la obligación de crear industrias útiles y necesarias, dirigidas por personas formadas y experiencias adecuadas para que funcionen como cualquier empresa privada. No hablo de aumentar el número de funcionarios o empleados públicos aunque las empresas sean de capital común. La empresa puede ser de todos, pero se ofrecen empleos para diferentes categorías, y la relación laboral que se rija según convenio de cualquier otra empresa privada, ¿dónde está el misterio?
Seguiremos...
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