Algunos dicen que por estar en el club hay que cumplir todas los mandatos del mismo, pues será cuestión de pensarse en salir del club. No se puede intervenir los precios del libre mercado aunque nos dejen sin poder coger los vehículos o sin poder hacer la compra semanal. El Gobierno anuncia dejar de aportar, con nuestro dinero, la ayuda a los combustibles y el transporte público. Yo nunca festejé la ayuda a los combustibles, pues siempre entendí que la pagábamos nosotros de un modo indirecto, por tanto no era solución, no estaba sucediendo que estuviéramos pagando más barato el litro de gasolina. Sucede lo mismo con la electricidad si dejamos de pagar por un lado, pero nos meten el tope del gas en las facturas o se le da posteriormente una compensación a las eléctricas como suelen hacer. Y si vamos a la cesta de la compra, el crimen es más sangrante, los precios se dispararon y el remedio de algunos centros de venta de productos alimenticios no puede ser engañar al consumidor con el peso de los productos, que los envases anuncien un peso y el real sea algo menos, que nos estén mermando cantidad para mantener el precio o elevarlo cantidades más reducidas, porque al final nos "la están metiendo igual". Con respecto al transporte público es algo que debiera estar sucediendo de siempre. Los trenes, los autobuses, etc., los compramos entre todos, pues el uso de los mismos solo debiera costar el equivalente al pago del coste de personal y mantenimiento necesarios para tenerlos en buen uso, entre todos los usuarios. Y si queremos la gratuidad en el uso, habrá que abonarla entre todos en forma de impuestos, o sea, que el montante de personal, combustible para dar el servicio, recambios y consumibles para revisiones, etc., se tendría que repartir entre todos dentro de los impuestos y, por tanto, sería una partida del presupuesto de la ciudad o Comunidad que fuere. Hay formas de hacer las cosas bien diferentes, pero hay gente a la que hacer cosas con medidas colectivas les horroriza, empiezan a ver comunistas por todos lados, se asustan, ven peligrar sus propiedades y hasta el dinero de sus cuentas corrientes. Les han hecho pensar así, de un modo programado, para que la fragmentación social sea la que los poderosos tienen prevista.
El mercado libre, lo privado, la globalización y todas esas patrañas capitalistas existen con el fin de que unos pocos se enriquezcan del esfuerzo de millones de personas. Todo, con voluntad y sin que el dinero, nuestro dinero sea malgastado, derrochado o robado, podemos alcanzarlo comunitariamente, colectivamente para el bien de todos, no para el beneficio de unos pocos, que es como sucede desde hace años, yo diría desde siempre que unos se alzaron con el poder y reprimieron a otros con el uso de su violencia. En un conjunto de personas que deseen alcanzar unos objetivos entre todos, no tiene cabida lo privado ni el libre mercado, los mercados como les nombran los medios de desinformación y manipulación masivos, la globalización y, vuelvo a decir porque me ha gustado cómo me quedó: todas esas patrañas capitalistas.
¿Es tarde para echarse atrás?, es la pregunta que nos debemos hacer. Nos metieron en la UE, Felipe González, aspirante a lo que es en la actualidad, un señor capitalista, millonario, se despojó del traje de pana, salió escopetado de su Dos Hermanas, de la vaquería de sus padres, para codearse con la élite económica mundial y perder de vista el sentido socialista y la defensa de las clases inferiores o más deprimidas. Nos metió en la Unión Europea sacrificando nuestra capacidad industrial, agrícola, pesquera y ganadera... nuestra riqueza productiva se vio mermada a la fuerza como condición para la entrada al club. En ese momento estar en el club era mejor que tener los puestos de trabajo que tal acción destruyó, o tener una mayor producción de todos los campos citados y, por tanto, unos mayores beneficios para nuestros agricultores, pescadores o ganaderos, como cimientos de los productos básicos para vivir mejor. Su ambición de altura le hizo que elevara los pies del suelo para cumplir su sueño, que no el de los españoles. Otros dirán que de todo ello ha resultado que venimos recibiendo dinero de la UE desde hace años, y también aportamos entre todos los Estados miembros el dinero que posteriormente va llegando a unos y otros, además del incremento de la deuda que mantenemos con el BCE. Habrá que preguntarse si vivimos mejor o peor con el incremento de la deuda que no publicitan tanto como los dineros que van llegando. Que cada uno saque sus conclusiones.
Seguiremos...
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