Llevamos varios días que es mejor no sacar la nariz a pasear, en cuanto atraviesa la puerta de la vivienda la bofetada de calor es impresionante. Seguramente casi como cualquier otro año en verano, pero es que siempre nos coge desprevenidos, y mira que lo sabemos. Nos situamos cerca de los 50º en las horas centrales del día y hay que resguardarse en una sala oscura con aire acondicionado, lo que irremediablemente nos hace pensar en aquellas personas que todavía no hayan podido instalar un climatizador, ¡es duro! Hasta se me ocurren ideas "raritas" como que los gobiernos de las Comunidades debieran ayudar a esas familias que por incapacidad económica no puedan adquirir un equipo de acondicionamiento del aire, y les tendría que dar muchas facilidades para que los pudiera disfrutar, porque aquí, en Andalucía, no es un lujo, se lo aseguro.
Hacen temperaturas para que toda la tarea que se tenga que hacer al aire libre se suspenda a las once de la mañana. Todos los días suelo dar una vuelta al perro alrededor de la urbanización sobre las nueve de la mañana, pues, ayer, cuando caminaba por alguna zona que me diera el sol, a pesar de ser solo las nueve, empezaba a hacer inaguantable, pesaba caminar a esa hora, no digo nada lo que debe ser estár cargando, haciendo esfuerzos, añadido al estrés propio de un trabajo. Ya sé, todos los años sucede y no nos acordamos, pero la situación es siempre insoportable y nadie mueve ficha. Este año ha estado sonando algo más lo de suspender las tareas laborales cuando haya alerta naranja o roja y las temperaturas sean altas, pero desconozco si se llevan a cabo, imagino que no. Donde vivo, en una urbanización hay varios trabajadores para realizar la labor de mantenimiento, cuyo trabajo se desempeña en el exterior, y yo no veo que desaparezcan durante toda la jornada, la realizan completa, y gran parte de ella, por no decir en su totalidad, la realizan bajo el sol. Su empresa debería llegar a algún acuerdo diferente durante los meses de verano para que hubiera una flexibilidad en los horarios, aunque se compensaran las horas que cobran y dejan de trabajar, de otro modo o en otro momento.
Mientras escribo, que son las 7:45h y dentro de la habitación, en una urbanización a las afueras de Sevilla, que suelen hacer tres, a veces hasta cuatro grados menos que en la ciudad, tengo un ventilador de techo y la mesa escritorio junto a la ventana que se mantiene totalmente abierta, me aguanto para no poner tan temprano el aire acondicionado, pues ya estuve toda la noche con él en funcionamiento para poder dormir, y hace mucho calor. He salido al pasillo porque tengo un termómetro allá y marca 31º, pero ¡ojo!, el pasillo está oscurito y corre algo de aire puesto que tengo la puerta de la entrada entreabierta para que el perro salga y entre cuando quiera, y el resto de las ventanas de la casa están abiertas en este momento. A pesar de ello, y de no haber alcanzado las ocho de la mañana, pasamos de los treinta grados dentro de la casa.
Los que tengan piscina que se den un chapuzón, los que no la tengan que se duchen, que bebamos mucho líquido, que nos movamos lo menos posible y a soportar lo que nos viene por la estación del año en la que nos encontramos. Habitación y aire acondicionado, y por favor que los gobiernos ayuden a los más necesitados para que ellos también puedan sobrevivir a estas alarmas térmicas.
Seguiremos...
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