Juegan a hacernos creer del momento crítico del Planeta y el peligro que ello representa para la existencia de todos los seres vivos. Quieren que todos, para rebajar la contaminación ambiental, sustituyamos nuestros automóviles por coches eléctricos, ¿alguien se ha parado a pensar en el volumen de negocio de tal maniobra comercial-industrial representa? Nos adiestraron para que recicláramos todo cuanto sale de nuestras viviendas hacia los contenedores: residuos urbanos al contenedor verde, plásticos y latas al contenedor amarillo, cartones al contenedor azul y vidrios al contenedor especifico de vidrios... ¡Sí, bwana!
Al tiempo que nos exigen a los ciudadanos del mundo, esos mismos malos, horrorosos gobernantes junto con la casta casposa millonaria de individuos avaros y codiciosos escondidos en la sombra, no ponen fin a las guerras: Destrucción de ciudades, parajes naturales, ecosistemas, contaminación de aire, tierra y aguas, muerte a millones de personas inocentes, gastos desmedidos, endeudamiento de países, pobreza para la gente, y no pasa nada, sino que por el contrario venden armas en un acto desconsiderado hacia la vida, hacia el medioambiente y hacia todo lo que nos hacen creer contra lo que están luchando, con tal de seguir haciendo negocio, así que sigamos con nuestros vehículos de combustión interna, que ellos sí que están contaminando. Los residuos de las industrias se acumulan por millones de toneladas y como no saben qué hacer, alquilan suelo en países pobres para convertir esas tierras en putrefactos vertederos de materia indestructible, ¿ellos no están obligados a hacerse cargo de su mierda?
Mientras hacen cumbres: encuentros de amiguetes para ponerse jinchos alrededor de una mesa por cuenta de los billetes de los ciudadanos, nos quieren hacer ver una cosa y autorizan extraer de los fondos marinos, gas y combustibles por el método del Fracking (Destrucción mediante cargas explosivas), contaminando el agua de los mares y océanos, perjudicando la vida animal, empeorando peligrosamente la estabilidad, la vida con los tóxicos que llegan a las mesas a través de pescados contaminados. Provocando tsunamis por desplazamientos de las fallas rocosas que conforman el suelo marino, poniendo en peligro a los países limítrofes con los mares y los océanos, y nadie pone el grito en cielo. ¿Cuántos años se lleva vaciando el subsuelo a distintas profundidades para extraer gas, petróleo, materiales y piedras o metales preciosos, sin que ningún organismo ponga algún reparo al respecto? ¿Cuántos años llevan las industrias, y siguen haciéndolo, lanzando toneladas de partículas tóxicas y contaminantes al aire o a los ríos, sin que aparentemente estén influyendo en el calentamiento global? ¿No se dan cuenta que con todo lo que esté en manos de poderosos y sirva para generar millones de beneficios, nadie se mete? Tratan de hacernos responsables de todo el mal del Planeta, quieren hacernos sentir culpables, que alberguemos la culpabilidad de haber obrado incorrectamente, pero son ellos, los de la minoría que han centrado sus vidas en hacer más y más dinero, los que nos han llevado al extremo en el que estamos.
Ahora están haciendo el agosto con las instalaciones de paneles solares, han puesto a casi toda la población a generar parte de la electricidad que las grandes multinacionales van a cobrarnos a los precios que les convengan... ¡y más beneficios para la caja! Les entra la electricidad a coste ridículo y se la cobran al propietario de la vivienda de al lado a un precio tres o cuatro veces más elevado. Aprovechan cualquier episodio mundial para decir que el barril de petróleo es mucho más caro y nos triplican el precio de los combustibles, todos ganan menos nosotros. Por el mismo argumento chusco nos suben desorbitadamente los precios de la electricidad, el de los alimentos, los intereses en los bancos, pero no suben en la misma proporción los salarios. Las empresas duplican o cuadriplican sus beneficios, pero dicen no poder pagar más a los trabajadores. Lo defienden individuos e individuas, que no tienen otro calificativo, que se ponen salarios de treinta o cuarenta mil euros mensuales, sí al mes, habéis leído bien: El presidente de la CEOE, los altos cargos del BCE, del FMI o del Banco de España.
Vivimos en un engaño constante, que se revuelve como vil serpiente dispuesta a atacar, o como el cocodrilo asesino dispuesto a matar. Todo gira hacia la mas burda manipulación de los ciudadanos, quitándoles toda la razón, anulando voluntades como si estuvieran sedados, drogados o les hubieran realizado una lobotomía, con tal de alcanzar sus objetivos... ¡Más dinero!. Con la mentalidad de esa tribu de salvajes no hay nada que esperar por las buenas.
Seguiremos...
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