Es curioso que el gobierno tenga que decirnos los motivos por los que puede la ciudadanía oponerse a estar en una mesa electoral, al menos para mí lo es, además de un abuso y de no respetar la libertad de las personas. Mi punto de vista es que las elecciones obedecen a una ley injusta y sirven para seguir alimentando un mundo opaco, poco transparente por tanto, que da continuidad al incumplimiento de promesas políticas, despilfarro de dinero público, privilegios para las personas con cargos políticos, financiar partidos con nuestro dinero y designación de gobiernos que nunca se corresponden plenamente y democráticamente con lo que la ciudadanía elige en las urnas. Esto último ya lo he explicado en otras ocasiones, desde mi punto de vista un gobierno que siga al pie de la letra lo que decide la ciudadanía en las urnas, debe ser un gobierno formado por miembros de los diversos partidos votados, que alcanzando el 5% de los votos emitidos, estén presentes en dicho gobierno en proporción al porcentaje alcanzado de votos. Espero se entienda.
Pues bien, mientras eso no se subsane, lo cual es para mí primordial, creo que no intervenir en tal chapuza o partida con cartas marcadas, es la mejor opción ciudadana y, por tanto, la objeción de conciencia para no colaborar con una formula mafiosa e injusta es el modo correcto de actuar frente al abuso normativo de los políticos. Al menos hay que intentarlo, hay que contestar a las posibles cartas que pudiéramos recibir, en este sentido, alegando objeción de conciencia por no comulgar con el sistema mafioso y corrupto impuesto y no querer ser parte operativa para que tal sistema se perpetúe en el tiempo. Si se quiere, y creo es lo correcto para que nadie pueda interpretar que es solo un capricho para escaquearse de una obligación con la Administración Pública, pedir una tarea para el bien de la sociedad, para el bien de la comunidad, por el mismo tiempo que nos requieren para atender una mesa electoral. Es una formula parecida a la que algunos usaron para no hacer el servicio militar en el pasado.
Ya está bien de que los políticos se sientan con el derecho a hacer uso de los ciudadanos para obligarnos a hacer de lacayos suyos. Para eso ya tienen a los funcionarios, que les exijan esas funciones y se las compensen con tiempo libre en sus labores cotidianas. Y ya es hora de oponerse a un sistema macabro de abuso institucional, rapto de la justicia y privilegios para los políticos. Es hora que hacerlo sea un derecho y una expresión de libertad del ciudadano.
Seguiremos...
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