SANIDAD PÚBLICA

 

    La sanidad pública es la mejor que tenemos, pero no llega a ser lo excelente que pudiera llegar a ser por mor de los políticos. Ellos y sus leyes, ellos y sus tiempos, ellos y sus robos de dinero que imposibilitan que el recurso sanitario avance y se adecue más a las verdaderas necesidades de la población. Sin olvidar cuánto hacen a escondidas para dar juego a los seguros privados de sanidad y a los centros de salud privados, porque nadie nos habla de las comisiones o dineros que puedan llegar de vuelta a los bolsillos de tal o cual cargo de los gobiernos. 

    La sanidad nunca será excelente si median los políticos con intereses en lo privado, los que tienen una corta visión futura de lo que debe ser el bienestar de la ciudadanía a la que gobiernan y, en definitiva, mientras piensen que a ellos les corresponden todos los privilegios del mundo y a la población solo les corresponde contribuir con los impuestos para poder gozar de los derechos que ellos tengan a bien concedernos. La sanidad nunca será excelente mientras no esté dimensionada a la demanda de sanidad que haga la población, resultado de lo cual son las listas de espera para hacerse pruebas, para recoger resultados de las mismas o, más grave, para que te intervengan mediante una cirugía. La sanidad no será excelente mientras no se cuiden los salarios del personal implicado en este sector, mientras no se les dé medios suficientes, y mientras no haya un número de sanitarios en proporción a la cantidad de enfermos. La sanidad no será excelente mientras haya apartados de la sanidad como es la boca o la salud mental que no se encuentren perfectamente integrados en el abanico de especialidades que ofrezca. 

    La salud es demasiado seria como para que un Estado no se preocupe en demasía por ella. Ir al médico de salud primaria no puede ser tan complicado como lo es ahora. Consultas uno y otro día en Internet para coger una cita y con suerte hay algún día para que tu doctor o doctora te llame, pero poder ser atendido en consulta es algo aún más difícil. Te encuentras mal e irremediablemente tienes que ir de urgencias al centro de salud o a los hospitales y esperar una larga cola de personas fastidiadas como lo estés tú. En la sanidad todo sucede tras algunas horas de espera por lo general, porque no hay personal suficiente que atienda a los enfermos. Tengo un caso en primera persona, hace unos meses comencé a sentir inflamación del aparato digestivo, a veces la inflamación me causaba molestias que se reflejaban en el centro de la columna vertebral. No era un dolor insoportable, pero sí inhabilitante, me hacía parar y sentarme. Cuando lo hacía me aliviaba, pero en cuanto me erguía, me ponía de pie, ya estaba de nuevo la molestia desde el frente a la espalda. Intento coger cita para que me vea mi doctora, pero por dos veces solo logré una cita telefónica y no inmediata, que lógicamente no me solventaba nada. La siguiente vez que comenzaron las molestias traté de coger una cita en consulta, y de nuevo imposible, así que me dirigí a su consulta y me senté en los bancos, frente a la puerta, solo había una persona en la sala de espera, le pregunté si estaba esperando para la consulta a la que yo iba y me respondió que no, que esperaba para la puerta de al lado, otra consulta con otro médico. Añadió que en la consulta a la que yo iba había una señora siendo atendida por la doctora. Esperé y cuando se abría la puerta procuré que la doctora me viera bien hasta que dijo: "Pase". Me reconoció con esos típicos golpecitos que dan a lo largo de toda la zona abdominal y me dijo que lo más conveniente era una ecografía. Esto sucedió hace varios meses y sigo a la espera, no sé nada, no llega ninguna cita para efectuarla. La doctora me ha confirmado que está solicitada la prueba y que no sabremos si hay algo hasta que llegue. Estoy mejor, es la verdad, pero no sé si está pasando algo ahí dentro, ¿Y si está pasando algo, llegaremos a tiempo?

    Estas situaciones también hay que comentarlas, ellas también son parte de la sanidad pública que nos brindan los "cerebros" que gobiernan. Soy poco discreto al compartir una situación tan personal, pero es un claro ejemplo de sanidad pública en Andalucía, me imagino que en el resto de regiones o Comunidades, como se dice más modernamente, sucederá algo similar y que ser el culo de España en muchos aspectos no nos va a pasar factura en la salud y en la esperanza de vida a los andaluces, espero que no. 

    Seguiremos...