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Los que debieran velar por una gestión honesta son los que, precisamente, nos están acostumbrando a ver como normal la corrupción que casi a diario salta a la prensa y, por supuesto, a las redes sociales. La justicia está missing, fuera de servicio, out, secuestrada o comprada y no actúa contra los grandes padrinos de la mafia corrupta política española. Los políticos proceden sin miedo alguno a ser descubiertos en sus oscuras andanzas y turbias transacciones: desvían el dinero público a placer, lo regalan a corporaciones de sus amigos o familiares, lo gastan sin justificación alguna y fuera de todo control presupuestario, se lo llevan fuera de España y no lo declaran al fisco. Se sacan de la manga partidas que destinan a lo que más les convienen a ellos para seguir manteniendo chanchullos y trapicheos que solo ellos entienden. Y lo más grave, según el Expediente Royuela es la organización que han constituido detrás de lo que se ve, a la que se le puede encargar todo lo inimaginable a cambio de buenas cantidades de dinero. Cualquier atrocidad o bestialidad que se le pueda pasar por la mente, ya ha ocurrido, esa organización la ha llevado a cabo, cualquier delito que se le pueda antojar, solo por hacer la prueba, lo han cometido: matar por encargo, denunciar en falso, comprar voluntades de cuerpos de seguridad, de forenses, de jueces y fiscales, etc. Ya les digo, en el Expediente Royuela tiene cabida todo cuanto se le antoje por muy criminal que pudiera ser.
La moda es que salga a la luz cualquier corruptela y ni su autor o autora abandone su cargo público, incluso su partido conociendo lo que hay le ampara, a esto hemos llegado, la normalización más absoluta y burda de los delitos de corrupción. Y como se van conociendo casi cada día, pues han logrado que la gente los lea sin sentir ni indignación. Están logrando que la gente lo vea como irremediable, adherido y paralelo a la función pública, a los cargos públicos, a magistrados, a agentes de los cuerpos de seguridad, a políticos con cargos significativos o importantes, etc. Cantidad de gente se salta las leyes y la impunidad es de lo más absoluta, aquí no sucede nada, la justicia en el caso de estos gerifaltes, no existe, está paralizada a la espera de buscar el argumento preciso para invalidar pruebas o dejar que los delitos prescriban, eso sí lo saben hacer muy bien.
Vienen elecciones de nuevo, las cajas ya las tienen medio abiertas los partidos para que les entren los millones que supondrán los votos recibidos y los escaños conseguidos conforme a esa ley injusta que todos los políticos, legislatura tras legislatura, mantienen y por la que se rige cualquier elección, como si fuera un partida con cartas marcadas. A pesar de ello, todos los españoles son convocados y arreados como si fuéramos ganado a seguir la senda única que mantienen con el supuesto nombre de democracia. Nos hacen creer que es una obligación como ciudadano, olvidando ellos que la suya es ser honesto y conseguir cada día mayor bienestar para la ciudadanía y mayor progreso para el país, pero en su lugar qué es lo que hacen: saquear cuanto pueden, legislar a placer asegurando sus privilegios y reprimir disimuladamente cualquier reacción que pudiera comenzar a tener la ciudadanía en contra de sus directrices. Otras veces, no tan disimuladamente, que para eso tienen a los antidisturbios a sus órdenes.
De un modo u otro, dicen esto es lo que hay, hasta ahí os permitimos que os mováis, y si no a palos os corregimos. Es este el sistema "democrático" instaurado, que no le engañen, los limites los marcan los de arriba. Mi grito de guerra sería: ¡PARTIDOS FUERA, POLÍTICOS FUERA, URNAS VACÍAS!
Seguiremos...
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