Los medios de desinformación y manipulación masivos están que arden dando vueltas al mismo tema, que no es otro que los pactos producidos en las anteriores elecciones, algunos de ellos pendientes de que se consoliden, y los que vendrán en las elecciones que se celebrarán en menos de un mes. Llevamos años con el mismo enredo de los pactos, cuando todo ello nos lo podríamos evitar de haber una ley que verdaderamente apuntase hacia la democracia. La democracia no es, al menos desde mi entender, como muchos piensan, que gobierne la formación más votada, porque de alguna forma pasa por encima de lo que dicen otros muchos millones de ciudadanos, tal vez en su conjunto muchos más que aquella mayoría relativa. Para mí una solución democrática en cualquier elección es que primero se celebre conforme a una ley justa, en la que todos los votos valgan lo mismo, sin modificar su valor el lugar donde se recoja el voto, sin circunscripciones, y que a la hora de sacar escaños a todas las formaciones les cueste igual número de votos cada escaño. Eso, para mí, es jugar sin las cartas marcadas, con una baraja a estrenar. En segundo lugar, que el resultado de las elecciones dé siempre origen a la formación de un gobierno plural, sin mediar ningún tipo de pacto, puesto que solo obedecería a la proporción de votos obtenidos por cada formación. O sea, que cualquier gobierno derivado de los resultados electorales estaría conformado por políticos de todos los partidos votados, supongamos que al menos alcancen el 5% de los votos contados en unas elecciones, en la justa proporción que dichos partidos fueron votados. Espero que se entienda. Esa para mí es la forma más democrática de tratar la voz de un pueblo.
Fíjense la cantidad de dolores de cabeza y pérdidas de tiempo que evitaríamos de hacer las cosas decentemente, sin tratar de engañar a nadie mediante leyes sesgadas, tomadas como buenas y democráticas, cuando, vuelvo a repetir, desde mi punto de vista, no lo son. Se obedece más fielmente los mandatos de la gente en unas votaciones si se articula cuanto he expuesto: ley justa para todos por igual, formación democrática de los gobiernos. Los políticos se han acostumbrado a manejarnos a su antojo y hacer de nosotros y de nuestros dineros lo que quieren, y si las condiciones no les son propicias para asegurarse sus privilegios o los que pretendan obtener, hacen leyes, o mejor aún decretos confeccionados de la noche a la mañana, sin capacidad de respuesta por parte de la ciudadanía y sí obligación de cumplir en los términos previstos e interesados por los políticos.
Mientras las cosas sigan como están, que nadie nos venga a hablar de democracia, de justicia, de honestidad, o de transparencia, porque nada de eso es real, todo está amañado para conseguir los resultados que los políticos, grandes empresarios, banqueros, organizaciones monetarias varias, etc., pretenden. Nuestro dinero y esfuerzo están al servicio de una organización mafiosa y corrupta a la que sirven la mayoría de los políticos de los partidos principales o con más peso. Dejo muy mal parados a los políticos relevantes en las instituciones o en los gobiernos porque teniendo la supuesta capacidad para hacer cambiar las cosas, no lo hacen y prefieren servir al amo que nos oprime de muchas maneras. Así que sí, esos políticos de arriba nos han traicionado.
Seguiremos...
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