Por qué será que la novedad de que a todos nos pueda sonar el móvil anunciando una catástrofe o alarma generalizada a mí no me huele nada bien. Por qué será que nos vienen a decir esto, cuando más cerca estamos de que se origine otra guerra mundial, al menos es lo que parece desean ciertas viejas rivalidades. ¿Saben los que están nerviosos por meterse mano, como coloquialmente se dice, algo que no nos dicen a las claras? En lugar de esto, nos van haciendo a la idea de que lo peor está por ocurrir, solo los sádicos y dementes pueden alegrarse de un momento así tan crítico y peligroso para la humanidad. No es hora de hacer negocios ni de oprimir, es hora de vivir, de retomar la cordura, de abandonar odios y revanchas. No necesitamos una alarma generalizada para prevenirnos de peligros inminentes con trasfondos de guerras y bombardeos, o de que nos vaya a llegar una onda expansiva nuclear. Es hora de aplicar inteligencia al asunto, no hay que seguir a ningún desquiciado gobernante que con la mente nublada y la demencia presente solo quiera poner fin a la existencia que todos tenemos por delante.
Las alarmas excitan, alteran, perturban la tranquilidad con la que es posible vivir. ¿Se imaginan la angustia que se puede llegar a experimentar en un autobús lleno de personas a las que comenzaran a sonar sus móviles al unisono sin saber dónde va a caer el petardo? A la humanidad le hace falta paz y una organización mundial que colabore para que esa paz no se altere por los intereses de nadie en particular. Debemos aprender a colaborar estrechamente con los demás, a dejar de darnos vueltas e ir por derecho, enfrentando nuestras dificultades dialogando, aprendiendo de la observación y de los demás. No lo sabemos todo, los demás siempre pueden aportar datos, conocimientos y experiencias, de las que todos podemos seguir aprendiendo. Destruir, aterrorizar y controlar a la población para hacer de ella lo que a algunos se les antoje, no es una opción válida, eso es terrorismo social y, genocidio en ocasiones.
A la gente no le hace falta que los móviles estén intervenidos y los que gobiernan escuchen conversaciones privadas o utilicen cámaras y micrófonos sin su consentimiento, como sabemos hacen. A la gente le hace falta trabajo y salarios dignos para poder vivir y no caer en la miseria. Esto tan sencillo, no lo logran por intereses bien calculados, ¿a ver si con todo lo que nos han robado desde el principio de los tiempos, no se podría haber conseguido el pleno empleo y las condiciones dignas de trabajo? Estoy seguro que sí se podría haber realizado, pero nunca fue el objetivo de ningún gobernante, al tiempo que la población renunció a pedir lo suyo, en parte porque los mismos gobernantes han utilizado a los cuerpos de seguridad para reprimir a los manifestantes que pedían conservar sus derechos y mejoras que llevar a sus hogares.
El sistema de aterrorizar y manipular está más presente que nunca, no hay dinero, los precios son muy altos, la amenaza de la guerra nos puede alcanzar, no hay agua, suben los tipos de interés, amenazan los fondos buitres con seguir echando familias de sus viviendas porque les aplican subidas en los alquileres hasta poner el pie en el cuello de los inquilinos, sin que los gobernantes les paren los pies. En definitiva, no necesitamos alarmas generales que entren en nuestros móviles, ¿alguien le da permiso a los gobernantes para que hagan uso de nuestros aparatos, acaso la ciudadanía lo ha decidido? ¿Por qué tantas imposiciones de los órganos de poder?
Seguiremos...
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