No sé si los economistas cercanos al Gobierno, los Ministros y el propio Presidente del Gobierno, habrán pensado en la forma de cuadrar las cuentas, si hay forma de que se puedan cuadrar. A mí solo se me ocurre una forma que es contemplar el gasto total y el total de los ingresos que tengan todas la empresas, personas jurídicas y personas físicas. A partir de ahí dividir los gastos entre los ingresos y saber cuántos euros corresponde pagar por euros ingresados. Así sabremos cuánto tiene que tributar todo aquel, o toda aquella corporación en proporción a los euros ingresados. De esta manera los gastos totales anuales quedarán cubiertos, y no se incrementará la deuda pública. Donde encontraremos el problema será en el control de los números de las empresas y autónomos, por ello se hace necesario que no se mueva el dinero físico, que quedé prohibido, que todo, cualquier cantidad se deba abonar mediante tarjeta bancaria, transferencias, cheques o pagarés, para que todos los movimientos queden registrados.
Aún así, y debido a las mentes delincuentes que pululan por todos lados, el Gobierno tiene que poder acceder a todas las contabilidades de todas la entidades bancarias a tiempo real, para evitar en lo posible, dobles contabilidades, cuentas que se oculten, etc. Acompañando tales acciones de una ley bien rígida y seria que expropie entidades bancarias a todas esas organizaciones que incurran en actos de estafa documental, oculten datos y operaciones, manipulen los programas informáticos y los datos, etc.
Yo no veo otra forma que gobernar con rigor para paliar el estado de quiebra disimulada en la que nos desenvolvemos, parcheado por las ayudas y por el aumento continuado de la deuda pública. Y eso que el actual Presidente es economista, aunque dicen muchos que con Tesis final de carrera plagiada, un fallo lo comete cualquiera, pero está bastante feo que lo cometa alguien a quien se le debe presuponer ser honesto y actuar correctamente en todo lo que intervenga.
Las cuentas hay que hacerlas como cada uno las haríamos en nuestra propia casa o en nuestro pequeño negocio. Además, si se fijaron, los números los hago conforme a los ingresos y no con respecto a los beneficios, pues entonces a las familias también se les tendría que aplicar los tributos según los euros que a final de mes suponen ahorro, o sea, tras haber pagado todo lo comprado o debido y haber vivido. Pero para evitar la picaresca de muchos, es preferible hacer los cálculos conforme a los ingresos que tiene un negocio, una fábrica y cada persona. La industria o empresa debe tributar por todos los ingresos que tenga independientemente de los gastos, como hacen las familias. Y cada euro que ingresa quien sea, tributa el mismo porcentaje a Hacienda, como parte del pago de los gastos del país. Cualquier cabeza sana y equilibrada ya entiende que los gastos tienen que pasar por el filtro de la aprobación de la ciudadanía, igual que fijar los sueldos de los políticos o pararles los pies con los abultados gastos de sus privilegios, comisiones, caprichos digitales, etc. Soy de los que piensan que los políticos hay que reducirlos en número, igual sus asesores y demás chiringuitos que se han montado, al haberse convertido en la mayor empresa de búsqueda de empleo para sus familiares y amigos. De búsqueda, por decir algo, siempre lo encuentran y cuando no existe, se lo inventan, le montan el chiringuito en cualquier esquina de cualquier ministerio, o de cualquier empresa pública. El salario de los políticos se ha de asemejar al de cualquier trabajador medianamente bien pagado, a mí siempre me salen los dos mil euros mensuales, acorde con los tiempos que corren y la situación de inflación, así como la deuda que ellos han acumulado por su pésima gestión, no solo del gobierno actual, sino de todos los que le precedieron.
Seguiremos...
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