Estoy convencido que cómo se organiza la sociedad, cuáles son sus normas y leyes, etc., obedecen a los dictados de los poderes económicos, o sea, que igual da quiénes gobiernen porque las imposiciones siempre han existido y existirán, hasta que haya políticos honestos y valientes, fieles a la ciudadanía y no a los que les salen los billetes por las orejas. Es lo mismo que cuando alzan a los empresarios a los cielos porque dan el trabajo y arriesgan su dinero, pero qué sería de ellos si ninguna persona aceptara trabajar en sus empresas. Se tendrían que comer sus instalaciones, sus inversiones y sus máquinas, con papas. Del mismo modo, los millonarios podrán ejercer presión, tratar de sobornar, de chantajear, etc., a los políticos, pero si se encuentran frente a ellos, personas dignas, honestas, fieles a la ciudadanía y comprometidas con el bienestar general y el progreso del país, se tendrían que meter sus billetes por donde les cupieran.
Es así de crudo y de directo, pero vivimos como quieren los poderes económicos, porque todos los que llegaron a gobernar pasan por el aro, se dejan comprar y traicionan a la ciudadanía. Legislan lo que les interesa a los ricos influyentes con intereses en que la sociedad vaya hacia donde ellos quieren, y los políticos son los engranajes necesarios para que todo vire hacia donde aquellos desean. La población solo es el medio que por imposición de los que gobiernan, tiene que contribuir con su dinero y esfuerzo (tiempo vital) a mantener el chiringuito mafioso y corrupto que entre todos, los poderosos y los que han gobernado, aplaudidos por los estómagos llenos que ocupan los escaños del Congreso de Diputados y del Senado, utilizan para parasitarnos.
A pesar de todo no pierdo la confianza, sé que todo puede girar en cualquier momento que un equipo más consciente y humano, honesto y comprometido, se haga cargo y, al mismo tiempo, haga frente a los desalmados que no tienen pupilas en sus iris sino el signo del dólar. Esto de seguir así, revienta, no tiene más remedio. Aquí nadie se ha preocupado por que todas las familias tengan trabajo e ingresos con los que poder vivir dignamente, sin tener que actuar fuera de la ley. Todos sabemos que esto es primordial para todos, que las facturas no se pagan solas, que los alimentos no los regalan, pero sobre todo, que no queremos vivir de limosnas ni subvencionados pobremente para que les votemos. Cualquier persona con su cerebro en condiciones sabe que este cortijo de golfos se ha de cerrar para dar paso a algo diferente y decente. Nos han usurpado el poder que debiera ser de la ciudadanía, se hace lo que quieran ellos, nos roban cada vez que se les antoja, despilfarran en regalos para sus queridas, en viajes con la familia que nada tiene que ver con las funciones de los cargos que ocupan, algunos han derrochado dinero público en alcohol, servicios sexuales y hasta en droga. Algunos alardearon tras los EREs de Andalucía que tenían billetes para asar una vaca, y solo eran simples cargos de sindicatos. Hemos sabido de las grandes juergas corridas por sindicalistas y altos cargos de muchas instituciones, de sedes de partido reformadas con dinero negro, de cajas B de partidos, de financiación ilegal de campañas electorales, de reparto de sobres, de másteres falsos o de tarjetas Black y contabilidades alteradas . Estamos hartos de que nos roben y empobrezcan.
El ser humano tiene capacidad suficiente para discriminar entre lo que está bien y está mal, así todos los que nos salen por la tele trajeados y anteriormente engominados, como estandartes de la parte alta de la sociedad, nos han engañado, no eran buenas personas a pesar de tener esa capacidad a la que me refiero, y que todos poseemos. Optaron por hacer el mal, por ignorar a sus semejantes, por importarles un pimiento cómo vivan o cuánto sufran. Son malas personas aunque sigan diciendo que trabajan por el bien nuestro, no se dejen engañar, son solo soldados de los de los billetes, les tienen comprados y ellos se dejan comprar, tanta culpa tienen unos como otros. Tan chorizos y delincuentes son los unos y los otros. Mientras sigan abusando de todos nosotros, seguiré pensando que hay que expulsarles, que hay que echarles, pero sus leyes lo impiden, y las fuerzas militares y policiales están a sus órdenes, es un escenario casi imposible, se han blindado bien estos delincuentes.
Seguiremos...
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