sábado, 30 de septiembre de 2023

LOS MAYORES

                                                    Imagen: www.formacion.aiudo.es

    Por ley de vida llegamos a unas condiciones físicas y mentales, por lo general, afectadas de ciertas enfermedades degenerativas, que nos impiden una convivencia al mismo ritmo que llevan los más jóvenes. Se requieren otras atenciones y cuidados, y es ahí, en ese momento cuando se enreda la cosa, la familia tiene que actuar, debe decidir si ingresar al familiar en algún centro de cuidados de mayores, si se turnan los hijos para ejercer la acción de cuidado y compañía de sus familiares, o si se contrata a un cuidador externo o empresa que ofrezca tales servicios en el hogar de nuestros padres. 

    La decisión no es fácil, igual todos los hermanos no se prestan por igual, ni todos ven una de los opciones mejor para el cuidado que otras. Por otro lado, todos somos conscientes que hacernos cargo nosotros mismos es una forma de hipotecar nuestras vidas, y cada uno tenemos ya nuestros propios problemas y circunstancias, desestabilidad laboral o económica, tenemos mujer o marido, hijos, y atender todo satisfaciendo a todos es casi un imposible. Mientras tanto, transcurre el tiempo, y la culpabilidad de no estar haciendo cuanto debiera por el mayor necesitado de estar rodeado de sus familiares, te corroe. Sabes, si habéis tenido suerte de que esté en un buen centro y unas buenas manos, que está bien cuidado, pero aún así, siempre será un pellizco en el estomago, un sinvivir continuo, te gustaría dar más, pero sabes que hacerlo es echarte el problema sobre la espalda.

    Algunos mayores, no todos, donde se encuentran bien es en su domicilio y rodeado de lo suyo y de los suyos, pero son desconfiados para tener personas extrañas dentro de su hogar, afortunadamente no les sucede a todos los mayores que requieren ayuda, pero cuando se da el caso, es un conflicto añadido. Imaginas que con esa actitud, cualquier persona que contrates va a salir por la puerta más pronto que tarde, pues conoces el carácter de tu padre o de tu madre, y sabes que la persona no aguantará. Volvemos a tener el problema sobre la mesa, y cada día presente, esto es complicado, muy complicado, sobre todo si la familia no es capaz de ponerse de acuerdo en la decisión a adoptar. Y la cosa nunca va a ir a mejor en esas edades, sino todo lo contrario, el deterioro sigue, ese va de la mano con la edad y no tiene nada que ver con nadie ni con la situación por la que pase tal o cual familia. Los cuidados son caros al menos relacionados con las pensiones de nuestros mayores, casi siempre el importe a abonar mensualmente excede la pensión del mayor, y si la familia no está en buena situación económica, no puede ayudar a pagar los gastos de la manutención, cuidado de los mayores y facturas de luz, gas, etc.

    Creo que esta sociedad no ha resuelto adecuadamente el problema de la vejez de la población, la Seguridad Social o la acción solidaria y colectiva de la recaudación de impuestos no se ha programado para hacer frente a la ancianidad de la ciudadanía, y haría falta concretarlo para que esta difícil etapa de la vida tuviera la mejor salida posible. No todo lo que es importante hay que dejarlo en manos privadas, porque muchas personas que necesitan servicios y ayudas para terminar su vida dignamente, no pueden abonarlos. 

    Seguiremos...

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