Visto lo visto, la Ley de bienestar animal o de protección animal, no protege animales salvo a algunos, aunque lo hace de un modo muy extraño, no permitiendo a la gente que los tenga e imponiéndonos a todos que contratemos un seguro de responsabilidad civil para nuestros perros. He sacado la conclusión de que los perros de caza no son perros, y que a todos los que se les puede asesinar con escopetas, en mataderos, o siendo lanceados y maltratados en el coso o en las calles de ciertas localidades, tampoco son animales.
El preámbulo de la ley dice que sale la ley debido a la creciente sensibilización de la ciudadanía de garantizar la protección de los animales en general, en tanto son seres dotados de sensibilidad, pero como dije antes, lo que no queda claro es qué son animales para los artífices de la ley. Lo que si indica el preámbulo, es que en cada tres hogares españoles se convive con al menos un animal de compañía, así que sabían cual sería la repercusión de exigir el famoso seguro de responsabilidad civil para todos los perros (Trece millones de animales de compañía registrados e identificados).
Está bien que regulen el comercio ilegal de animales, que se prohíba el comercio de especies protegidas, que se diga abiertamente que no se puede maltratar animales y cuáles son las sanciones si se incurre en ello. En qué condiciones deben estar los animales de granjas, etc., pero si se acaba la ley sin proteger a los animales que van a ser asesinados vilmente en los mataderos, ¿Qué protección es esa? Además, no hace falta extenderse tanto, maltrato es maltrato, lo sufra una vaca, un conejo o un perro, y se produzca en unas instalaciones ganaderas, en un matadero o en una vivienda privada.
La ley insiste en que es para fomentar la protección animal y prevenir el alto grado de abandono de animales. Vuelvo a repetir que no hace falta escribir un tocho para ello, sanciones al canto, habilitar el teléfono a propósito para ello como existe para otros temas, y la población pueda denunciar a maltratadores o situaciones miserables a las que sometan a algún animal, y estricto control de identificación de animales, que los policías tengan la obligación de parar a todos las personas con perros y gatos, les pasen los lectores de chips y Santas Pascuas.
Cuando avanzas en la lectura, nos encontramos que comienzan a recular, dicen: "obliga a los poderes públicos a garantizar el bienestar de los animales objeto de la presente ley". En la misma ley, ya indica que unos sí son animales y otros animales no lo son. La ley es de protección de ciertos animales, a los demás que les dé aire fresco. La ley la han estructurado en un titulo preliminar, seis títulos, cinco disposiciones adicionales, seis disposiciones transitorias, una disposición derogatoria y nueve disposiciones finales, por poco reescriben una Constitución animal. Vamos, la ley es un mini Larousse. ¿Quién se lee tan magno tocho escrito?, ¿De verdad que no ha habido forma de resumir este Quijote a extremos más manejables para la ciudadanía? ¿Hay que escribir tanto para decir que se acabó de maltratar o abusar de la bondad de los animales? Algunos siendo animales, la ley no los respeta como animales, puesto que la misma ley los excluye de ser protegidos:
- Animales usados en espectáculos taurinos (Esto lo primero que indica la ley, menos mal que ha sido hecha, supuestamente, por la "izquierda")
- Animales de producción, incluyendo a los que son usados para experimentar con ellos o para sacrificarlos, durante todo su ciclo vital.
- Lo animales silvestres, y ya aprovechan para excluir también a todos los que intervienen en la caza, pastoreo, cetrería, perros de rescate, o animales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Esos que se incluyen en los apartados indicados, tampoco son animales, y no merecen se les proteja. Cuando habla de los centros públicos de protección de animales abandonados, en el caso de que una localidad no tenga centro de acogida de animales abandonados, no indica que deban tener uno en cada población para que no haya animales sueltos, sin dueño y sin cuidados, o abandonados a su suerte.
Para qué seguir, la ley tiene muchas carencias, desde el momento que se hace una selección o discriminación para diferenciar si es o no animal digno de ser protegido en función de los intereses de ciertos colectivos, como: taurino, científico, económico, político, cinegético, etc. Por tanto, para mí la ley es un parche y no merece llamarse Ley de Protección Animal.
Seguiremos...
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